Aguas calmas


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 4, 35-41

(Queremos ir con vos a la otra orilla, Jesús, hacer pié en tu Reino de Paz, de Justicia, de Amor.
Queremos amarrar nuestra barca en tu Salvación.
Y por favor, no nos dejes a la deriva.
Somos frágiles -todos- y podemos sucumbir a nuestros miedos y a nuestra cobardía que nace de olvidarnos que siempre vas con nosotros.
Y que también podamos obedecerte con la docilidad de las aguas, porque sos nuestro Hermano y nuestro Señor y Salvador.
Amén)

Paz y Bien

Todo comienza desde lo más pequeño


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 4, 26-34

(Hay veces que podemos sentir impotencia y agobio frente a un mundo que nos agobia, que nos resulta cada vez más ajeno, que cada vez niega más a Dios, y podemos preguntarnos que hacer...
Quizás sea tiempo de confiar.
Porque somos esa pequeña semilla.
Dejemos en manos del Padre Bueno que crezca, se haga una planta frondosa y que en ella puedan cobijarse miles de hermanos perdidos.
Porque el Reino de Dios sucede con fuerza inaudita desde lo más insignificante, desde lo que para los poderes de este mundo no cuenta, porque es pura obra Aquel que constantemente nos invita a seguirlo.
Amén.)

Paz y Bien

Auschwitz 44070

(tiempos duros, tiempos de escándalos, tiempos confusos, tiempos de aturdirse. Pidamos a nuestra santa hermana Edith Stein que interceda por la claridad en nuestras almas)

Prisionera 44070 : Edith Theresa Hedwig Stein, Nacida en Breslau el 12 de Octubre de 1891, Muerta el 9 de Agosto de 1942 en Konzentrazionlager Auschwitz-Birkenau.

"...Y es por eso que el Señor ha tomado mi vida por todos. Tengo que pensar continuamente en la Reina Ester que fue arrancada de su pueblo para interceder ante el rey por su pueblo. Yo soy una pobre e impotente pequeña Ester, pero el rey que me ha escogido es infinitamente grande y misericordioso. Esto es un gran consuelo..."

Santa Teresa Benedicta de la Cruz OCD (Edith Stein) - Mártir

Paz y Bien

La luz, la palabra, la confianza


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 4, 21-25

(Al igual que en la parábola de la semilla que cae en tierra, la Palabra que habita en nosotros no puede ser ocultada, no debe quedar sólo en la mera especulación, en disfrute único de la razón...
Cuando la Palabra se encarna en nosotros -porque también somos partícipes del Misterio de la Encarnación de Cristo- pasamos a los hechos concretos: nada queda oculto, nada quedará escondido, nos hacemos transparentes a la Buena Noticia de Aquel que nos ama hasta las últimas consecuencias, tal cual somos. Todo vá a mostrarse, nada va a quedar fuera de la vara con la que seremos medidos: el amor...)

Paz y Bien

De la caridad


"... La caridad es la virtud
que distingue a los hijos de Dios
de los hijos del mal
y del mundo..."

San Juan Bosco (Don Bosco)






Paz y Bien

Tierra fértil


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 4, 1-20

(El Señor nos enseña y a la vez nos pregunta si somos tierra fértil para la semilla de su Palabra...
Preguntémonos si somos capaces de recibir y hacer germinar esa semilla en nosotros sin ningún pero, si somos capaces de escuchar y ver, si hemos dejado de lado todo lo que nos hace vidas estériles.
La vida se nos ha prestado... habrá que ver que sucede cuando la devolvamos, si florecida o yerma...)

Paz y Bien

Ver y sentir a Cristo en el hombre


¡No saber ver ni amar en el mundo, más que las almas de nuestros hermanos.
Almas de pequeños,
almas de pobres,
almas de pecadores,
almas de justos,
almas de extraviados,
almas de penitentes,
almas de rebeldes a la voluntad de Dios,
almas de rebeldes a la Santa Iglesia de Cristo,
almas de hijos perversos
almas de sacerdotes malvados y pérfidos,
almas agobiadas por el dolor,
almas blancas como palomas,
almas simples, puras, angelicales, de vírgenes,
almas hundidas en las tinieblas de los sentidos y en la baja bestialidad de la carne,
almas orgullosas del mal,
almas ávidas de poder y dinero,
almas llenas de sí, que no se ven más que a sí mismas,
almas perdidas que buscan un camino.
Almas dolientes que buscan un refugio o una palabra piadosa,
almas que aúllan su desesperación, su condenación
o almas embriagadas con la embriaguez de la verdad vivida:
Cristo las ama a todas,
Cristo murió por todas,
Cristo las quiere salvar a todas entre sus brazos y en su Corazón traspasado.
Nuestra vida, y nuestra Congregación entera, deben ser un cántico y un holocausto de fraternidad universal en Cristo.
Ver y sentir a Cristo en el hombre.
Debemos tener en nosotros la música profunda y altísima de la caridad.
Para nosotros, el punto central del universo es la Iglesia de Cristo y el centro del drama cristiano, es el alma.
Yo no siento más que una infinita, divina sinfonía de espíritus, palpitantes en torno a la Cruz, y la Cruz vierte para nosotros -gota a gota a través de los siglos-, la sangre divina derramada por todos.
Desde la Cruz Cristo clama: "¡Tengo sed!" Grito terrible de sed abrasadora, no de sed física sino grito de sed de almas; y es por esa sed de nuestras almas que Cristo muere.
No veo más que un cielo, un cielo verdaderamente divino, porque es el cielo de la salvación y de la paz verdadera; no veo más que un reino de Dios, el reino de la caridad y del perdón, donde toda la multitud de las naciones es heredad de Cristo y reino de Cristo.
La perfecta alegría no puede estar más que en la perfecta dedicación a Dios y a los hombres, a todos los hombres, a los más pobres, a los más deformes física y moralmente, a los más alejados, a los más culpables, a los más hostiles.
Colócame, Señor, en la boca del infierno, para que yo, por tu misericordia, la cierre.
Que mi secreto martirio por la salvación de las almas, de todas las almas, sea mi gloria y mi suprema bienaventuranza.
¡Amor a las almas, almas, almas! Escribiré mi vida con lágrimas y con sangre.

Que la injusticia de los hombres no debilite nuestra confianza plena en la bondad de Dios.
Lo que me alimenta y guía es un soplo inspirador de esperanzas inmortales y renovadoras.
Nuestra caridad es un dulcísimo y loco amor a Dios y a los hombres, que no es de la tierra.
La caridad de Cristo es de tanta dulzura y tan inefable que el corazón no puede pensar, ni decir, ni el ojo ver, ni el oído oír.
Palabras siempre encendidas.
Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar.
Luz y paz de corazón.
Recorreré mi Calvario como manso cordero.
Apostolado y martirio: martirio y apostolado.
Nuestras almas y nuestras palabras deben ser blancas, castas, casi infantiles;
y deben llevar a todos un hálito de fe, de bondad, de consuelo que eleve al Cielo.
Tengamos fijos los ojos y el corazón en la bondad divina.
¡Edificar a Cristo! ¡Edificar siempre! "
"¡Pues la Piedra es Cristo!"[1Cor 10,4]

San Luis Orione (Don Orione)

Paz y Bien

Lazos familiares


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 31-35

(Jesús anuncia un mensaje divino totalmente revolucionario que nos deja atónitos: los lazos de parentesco carnal son de menor importancia que los lazos de parentesco espiritual, los lazos naturales vienen después de los sobrenaturales.
Es decir, Jesús no reniega de la estirpe que porta: pero nos anuncia que es voluntad del Padre Dios dejar establecido el verdadero parentesco, el que nace del Espíritu.
Si la familia sanguínea es el núcleo, basamento y germen de la sociedad, la familia espiritual nace de la decisión de un Dios rico en Misericordia y Amor y de la decisión del hombre.
No hay más privilegios por herencia de la sangre; sólo existen aquellos que provienen de la Voluntad del Padre.
María lo entendió perfectamente y lo aceptó con su Fiat en su corazón inmenso: por eso es Madre de Todos.
Esos nuevos lazos familiares se entretejen en ese misterio de Salvación que llamamos Iglesia...)

Paz y Bien

Una Iglesia al servicio del mundo


"...Debemos estar claros desde el principio de que la fe cristiana y la actuación de la Iglesia siempre han tenido repercusiones socio-políticas. Por acción o por omisión, por la connivencia con uno u otro grupo social los cristianos siempre han influido en la configuración socio-política del mundo en que viven. El problema es cómo debe ser el influjo en el mundo socio-político para que ese influjo sea verdaderamente según la fe.

Como primera idea, aunque todavía muy general, quiero avanzar la intuición del Concilio Vaticano II que está a la base de todo el movimiento eclesial en la actualidad. La esencia de la Iglesia está en su misión de servicio al mundo, en su misión de salvarlo en totalidad, y de salvarlo en la historia, aquí y ahora. La Iglesia está para solidarizarse con las esperanzas y gozos, con las angustias y tristezas de los hombres. La Iglesia es, como Jesús. para "evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos, para buscar y salvar lo que estaba perdido" (LG 8)... "

Monseñor Oscar Arnulfo Romero
Arzobispo de San Salvador y mártir

Misión y Servicio

"...La misión y el servicio son acciones divinas,
donde Dios se hace prójimo
en las realidades más humildes..."

R.P. Carlo María Cardenal Martini S.J.

Invitados a la conversión y a la humildad


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 22-30

(Nos dijiste que un reino en guerra civil o una familia dividida no pueden subsistir...
Concedenos el don de poder reconocer los frutos de la Gracia, del obrar del Espíritu no sólo en nosotros sino en todos los seres humanos...en especial, los frutos santos que surgen el el seno de nuestra propia Iglesia.
Te lo pedimos junto con María, Madre tuya, Madre Nuestra, que vuelve a cantar el Magníficat cuando tu Iglesia dá brotes nuevos, bellos y buenos, que cantan tu Gloria y es bendición para todos y cada uno de nosotros.
Amén.)

Paz y Bien

La Conversión


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 14-20

La Iglesia celebra hoy la Conversión de San Pablo

Sólo somos cristianos si nos encontramos con Cristo. Ciertamente no se nos muestra de esa forma irresistible, luminosa, como hizo con san Pablo para convertirlo en Apóstol de todas las gentes. Pero también nosotros podemos encontrarnos con Cristo en la lectura de la sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia. Podemos tocar el corazón de Cristo y sentir que él toca el nuestro. Sólo en esta relación personal con Cristo, sólo en este encuentro con el Resucitado nos convertimos realmente en cristianos. Así se abre nuestra razón, se abre toda la sabiduría de Cristo y toda la riqueza de la verdad.

Por tanto oremos al Señor para que nos ilumine, para que nos conceda en nuestro mundo el encuentro con su presencia y para que así nos dé una fe viva, un corazón abierto, una gran caridad con todos, capaz de renovar el mundo.

S.S. Benedicto XVI

Paz y Bien

¡Oh Dios, envíanos locos!

“Hay hoy demasiados sabios, demasiados prudentes.
Siempre calculando, siempre midiendo.

¡Pensad que pasaría si tuvieran que romper con su mundo,
si sus padres supiesen que nunca alcanzarían una posición honorable,
si tuviesen, aunque fuese por poco tiempo, que vivir en la inseguridad!

¡Oh Dios! Envíanos locos,
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman con algo más que con palabras,
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.

Danos locos, chiflados, apasionados,
hombres capaces de dar el salto en la inseguridad,
hacia la creciente incertidumbre de la pobreza;
que acepten diluirse en la muchedumbre anónima
sin pretensiones de colgarse una medalla,
no utilizando sus cualidades mas que en provecho de sus gentes.

Danos locos Señor,
locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes de los que no cuentan para nadie,
amantes de la paz,
puros en su corazón, resueltos a nunca traicionar,
capaces de aceptar cualquier reto,
de acudir donde sea,
libres y obedientes,
espontáneos y tenaces,
tiernos y fuertes.”

R.P. Fr. Louis Joseph Lebret, OP

La locura del Reino de Dios y la razón de este mundo


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 20-21

(Seguir los pasos de Jesús, - que nos llama a todos - implica un salto a lo infinito.
Significa dejar todas las seguridades a las que nos aferramos y nadar en el mar sin orillas de su Espíritu.

Significa convertirse a la locura del Reino de los Cielos, a la insensatez de la Buena Noticia.
Porque para la racionalidad de este mundo, para seguir al Maestro hay que estar fuera de los cabales o ser un reconocido insensato...)

Paz y Bien

Cristo, modelo para seguir sus huellas


“Cristo eligió padres pobres, pero perfectos en la virtud; llevó una vida pobre, para que nadie se gloriase solamente en la nobleza del linaje o de las riquezas de la familia; vivió privado de dignidades para apartar el hombre de un apetito desordenado de honores; soportó trabajos, hambre, sed y sufrimientos corporales, de forma que los hombres no se retrajeran del bien de la virtud, por dedicarse a los placeres y delicias a causa de la dureza de esta vida. Soportó, finalmente, la muerte para que nadie abandonara la verdad por miedo a la muerte; eligió la forma de muerte más reprobable, la muerte de la cruz, para que nadie temiera, como digan de vituperio, la muerte por la verdad. Fue, por tanto, conveniente que el Hijo de Dios hecho hombre sufriera la muerte, para que así su ejemplo animara a los hombres a la virtud. Para que se realice lo que dice Pedro: "Padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas". Este modo de actuar era necesario para la salvación del hombre a fin que los hombres aprendieran a no confiar soberbiamente en sí mismos, sino en Dios.”

Santo Tomás de Aquino, OP

Paz y Bien

Llamados por nuestros nombres


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 13-19

(Jesús no hace un llamado general, abstracto...Nos llama a cada uno por nuestros nombres, tal cual somos, nos elige expresamente a cada uno...
Y no se queda ahí...
Nos hace como Él, nos envía a anunciar la Buena Noticia con el poder que ello supone.

¿Cuál es nuestra respuesta?)


Paz y Bien


Hijo de Dios, hermano de todos, el beato Ceferino Namuncurá

Señor Jesús,
te damos gracias por haber llamado
a la vida y a la fe

al peñí Ceferino,
hijo de los pueblos originarios
de América del Sur.

Él, alimentándose con el Pan de Vida,
supo responderte, con un corazón entero,
viviendo siempre como discípulo
y misionero del Reino.

Él quiso ser útil a su gente,
abrazando tu Evangelio

y tomando cada día su cruz para seguirte
en los humildes hechos
de la vida cotidiana.

Te pedimos por su intercesión
que te acuerdes

de los que todavía peregrinamos
en este mundo


(pedimos en silencio las intenciones que cada uno trae en el corazón)

Que también nosotros podamos aprender de él:
su amor decidido a la familia y a la tierra,
la entrega generosa y alegre
a todos los hermanos,

su espíritu de reconciliación y comunión.
Para que un día celebremos
junto a él y todos los santos
la Pascua eterna del cielo.
Amén


Paz y Bien

Vienen de todos lados...¿te reconocen?


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 7-12

(Venían por miles, de todo pueblo, aldea y ciudad; todos querían verle, tocarle, que los sanara de sus males, enfermos y poseídos. Eran en su gran mayoría excluídos, lo que su sociedad apartaba, despreciaba.
Pero iban por el poder de un Cristo sanador y liberador del mal... Aún no llegaban a entender la Salvación que traía Jesús. Aún así, y a riesgo de morir aplastado por la muchedumbre, se sube a una barca y les habla, los contiene en su corazón infinito a quienes en lo habitual eran expulsados de todos lados...
Y hasta los demonios reconocen su poder y señorío: le gritaban -¡Tú eres el Hijo de Dios!-...

Quiera el Espíritu Santo que nosotros también lo busquemos sabedores que nos cura y libera de nuestros males, que no hay Maligno que prevalezca sobre Él ni sobre su Iglesia, y que lo reconozcamos como Hermano y Señor Nuestro. Amén)

Paz y Bien

Señor, enseñanos a orar


Señor,
tú sabes que yo no sé orar.

Enséñanos a orar...
Solo tú, Señor, sabes orar,

Tú oraste en la montaña,
en la noche,

Tú oraste en las llanuras de Palestina,

Tú oraste en el huerto de tu agonía.

Tú oraste en la Cruz.

Tú solo, Señor, eres el maestro de oración,
y tu nos has dado a cada uno de nosotros,
como maestro personal,
al Espíritu Santo,
Solo, pues,
con la confianza en tí, Señor,

maestro de oración,

adorador del Padre en Espíritu y
en verdad
solamente con la confianza
en el Espíritu
que vive en nosotros,
podemos intentar decir algo,
orar,

exhortarnos recíprocamente,
para devolvernos algún don tuyo,

respecto a esta maravillosa realidad.
La oración es la posibilidad
que tenemos
de hablar contigo,
Señor Jesús, Salvador nuestro,

por la oración tenemos la posibilidad

de hablar con tu Padre y con el Espíritu,

y de hablar con sencillez y verdad.
Madre nuestra, María, maestra de la oración,

ayúdanos, ilumínanos, guíanos
en este camino
que tú también has recorrido
antes que nosotros,

conociendo a Dios Padre y su voluntad.
Amén.

R.P. Carlo María Cardenal Martini S.J.

El mandamiento de aqui y ahora


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 3, 1-6

(Al preguntarle a los fariseos si era lícito salvar una vida en sábado, nos interpela a todos y cada uno de nosotros...
Nos pregunta si anteponemos a la caridad -que lleva en sí misma el mandato del aquí y ahora- los reglamentos o determinadas estructuras que inventamos.
Nos recuerda que el auxilio al hermano, viva imagen del Padre Creador, vá por delante de todo.
De ello dará testimonio vertiendo su sangre en auxilio por nuestra salvación...)

Paz y Bien

Dar testimonio de Jesús


"...Toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio; toda nuestra persona debe respirar a Jesús todos nuestros actos, toda nuestra vida deben gritar que somos de Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica: todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, un perfume de Jesús, algo que grite Jesús, que haga ver a Jesús, que brille como una imagen de Jesús..."

Beato Charles de Foucauld
el Hermanito de Jesús

Paz y Bien

Vivir la vida o ser vividos


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 2, 23-28

(Cristo nos enseña que ninguna ley o normativa están por sobre el ser humano; antes bien, deben estar al servicio de la persona, deben propender al bien común. No se trata de ser libres de sino más bien de ser libres para... .
..Señor, que nos regalaste la vida para vivirla en plenitud junto a nuestros hermanos -y no para ser vividos por ella-, danos la claridad interior para no atarnos a nigún nuevo sábado, sino para voluntaria y libremente atarnos a la caridad...)

Paz y Bien

Oración para Sonreír


Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.

Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.

Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.

Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.

Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.

Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.

Amén.

Beata Madre Teresa de Calcuta, M.C.

Paz y Bien

Todo es nuevo, todo debe ser nuevo

Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 2,18-22

(No hay nada nuevo luego de Cristo, nos enseña San Pablo.
El Espíritu del Señor renueva siempre a todos y a todas las cosas, aún cuando nosotros nos empeñamos en creer que inventamos "nuevas" cosas en esta Iglesia que amamos.
Y no hay vida en la Gracia mientras no haya cambio en los viejos odres del alma.

Porque la conversión es también eso: renovar nuestro templo interior para que el Señor haga morada en él.)


Paz y Bien

Credo de la Resurrección

CREDO DE LA RESURRECCION

En la trama formidable

de toda la historia humana
la Vida abrió una ventana
que jamás se cerrará;
por ella transita ya
la humanidad en caravana...

Creo Señor en la vida,
creo que vale la pena apostar.
Creo en las manos abiertas,
la cárcel desierta, el trabajo y el pan.

Yo creo en toda palabra,
Que no esconda la verdad
Toda señal, todo abrazo,
Que apriete los lazos de fraternidad

CREO EN UN DIOS COTIDIANO
QUE LLENA LAS PLAZAS DE SOL
QUE HABLA CON LOS JUBILADOS
Y PAGA AL CONTADO LO QUE PROMETIÓ.

Creo en el tiempo del hombre,
Cuando pelea al dolor.
En el que rompe mordazas
Construye su casa
Comparte el calor.

Creo que vale la pena
Fundir espadas y hacer
Miles de rejas de arados
Y en surcos callados
Hundir otra vez.

CREO EN EL DIOS DE LOS RITMOS
DE CUERDAS Y VIENTOS
DE QUENA Y CANTOR
DIOS BUSCADO POR GUITARRAS
Y CADENCIAS QUE AMARRAN LA VIDA Y EL SOL.

Creo en una tierra nueva
Bajo esta misma ciudad
Crece en silencio y madura
Por la cerradura se puede espiar.

Creo que bajo los puentes
corre agua de manantial
riega el esfuerzo del hombre
y enhebra sus días con la eternidad...

CREO EN UN DIOS COMPAÑERO
QUE PARTE CONMIGO SU PAN
LLORA CONMIGO EN EL LLANTO
Y CANTA EN EL CANTO CUANDO HAY QUE CANTAR.

Creo que el tiempo nos lleva,
A tu retorno final
Cuando se alce tu voz fuerte
Que manda a la muerte su presa soltar.

CRISTO SEÑOR DE LA HISTORIA
CREO EN LA RESURRECCIÓN
CLAVE DE TODO DESTINO
DERRAMA TU VINO SOBRE ESTA NACIÓN.

ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.

Alejandro Mayol - La Fuente

Paz y Bien

Aquí puede escucharse: 

Como dar y darse


COMO DAR Y DARSE
1. Darse es cumplir justicia. Darse es ofrecerse a sí mismo y todo lo que tienes. Darse es orientar todas tus capacidades de acción hacia el Señor. Darse es dilatar su corazón y dirigir firmemente su voluntad hacia el que los guarda. Darse es amar para siempre y de manera tan completa como se es capaz.

2. Cuando uno se ha dado, todo aparece simple. Se ha encontrado la libertad y se experimenta toda la verdad de la palabra de San Agustín: Ama y haz lo que quieras.

3. Antes que toda práctica, todo método, que todo ejercicio, se impone un ofrecimiento generoso y universal de todo nuestro ser, de nuestro haber y poseer...
4. En este ofrecimiento pleno, acto del espíritu y de la voluntad, que nos lleva en la fe y en el amor al contacto con Dios, reside el secreto de todo progreso.

5. Darme sin contar, sin trampear, en plenitud, a Dios y a mis hermanos. Y Dios me tomará bajo su protección. El me tomará y pasaré indemne en medio de innumerables dificultades. Él me conducirá a su trabajo. Él se encargará de pulirme, de perfeccionarme y me pondrá en contacto con los que lo buscan y a los cuales Él mismo anima.

6. Cuando Él lo tiene a uno, no lo suelta fácilmente.

7. Mi actitud ante Dios no es la de desaparecer, sino la de ofrecerse con plenitud para una colaboración total.

8. ¿Dónde está el valor? ¿en arder y renunciar, o en arder y dejarse quemar? ¿En querer guardar lo que me agrada, o darlo generosamente a otro?. Recórranse todas las tentaciones y se verá que el verdadero valor, la hombría, está en sobreponerse...

9. Cada vez que me doy así, recortando de mi haber, sacrificando de lo mío, olvidándome, yo adquiero más valor, un ser más pleno, me enriquezco con lo mejor que embellece al mundo. Yo lo completo y oriento hacia su destino más bello, su maximun de valor, su plenitud de ser.

10. Dar es uno de los goces más completos que Dios nos ha deparado. Dar, dar siempre, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio.

11. El criterio de la eficacia, el rendimiento, la utilidad funda, los juicios de valor. No se comprende el acto gratuito, desinteresado, del que nada hay que esperar económicamente. Mucho menos se entiende el valor del sacrificio, el profundo sentido del fracaso, como la Redención fue un fracaso humano. La explicación es simple: en este siglo industrial todo se pesa, todo se cuenta, todo se mide.

12. Los males del espíritu ... se curan saliendo de sí, para ir a los demás.

13. A todos los que sufren quisiera invitarlos a hacer una experiencia de la que nunca se arrepentirán: que olviden sus dolores y que piensen en los ajenos.

14. Debieras caer de rodillas ante el Padre y decirle: Gracias, Padre mío, porque puedo dar.

15. Necesito de ti... No te obligo, pero necesito de ti para realizar mis planes de amor. Si tú no vienes una obra quedará sin hacerse, que tú, sólo tú, puedes realizar. Nadie puede tomar esta obra, porque cada uno tiene su parte de bien que realizar.

16. Los únicos que tienen tiempo son los ocupados, así que fuera excusa de falta de tiempo!

17. ...En manos de Cristo mi acción puede tener alcance divino.... Mi acción, y deseos pueden tener alcance divino y puedo cambiar la faz de la tierra.... Puedo mucho si estoy en Cristo, si coopero con Cristo...

18. No multipliquemos las órdenes, sino que mostremos ideales que valgan bien una vida. En nuestro propio tiempo no son los generosos los que faltan, sino conocimiento interno de una causa que valga la pena para sacrificar una vida.

19. Dios conoce el corazón del hombre y le ha puesto hambre de generosidad.

20. Más allá de las obligaciones, el campo inmenso de la generosidad, en que hacemos, no lo que tenemos que hacer, sino lo que queremos hacer...

21. La generosidad es la manera de escapar a las garras de la ley, porque con generosidad esas garras se convierten en manos muy queridas. Para que la ley sea menos pesada no hay que quitarle algo, sino agregarle algo.

22. La gente que regatea con los mandamientos los hace pesados... En cambio hay muchos que encima de todos sus mandamientos han colocado sobre sus hombros toda su generosidad. El generoso, que hace más que lo obligado, quita a la obligación su carácter áspero.

23. Y hoy en el mundo hay sólo dos clases de hombres: Los que se quejan siempre y los que no se quejan nunca. Y... los que no se quejan nunca son los que, por encima de los mandamientos, llevan toda la carga de la generosidad y hacen mucho más que el deber.

24. ¡El que da con prontitud da dos veces! Es el gran secreto del fervor: la prisa y el entusiasmo por hacer el bien.

25. Trabajar en equipo: el resultado enorme que podríamos sacar si nos ayudáramos en nuestros trabajos. Si hiciéramos obra de equipo... todos a la disposición de los demás.

26. El espíritu de equipo significa, en los que lo practican, un inmenso renunciamiento... pasar a hacer la obra común, que no va a ser la mía, en la que yo no figuro sino como rueda en el engranaje común... ¡Caramba que significa renunciamiento!

27. (El espíritu de equipo) significa mortificación para acomodarme a los demás, esa terrible mortificación interior de soportar caracteres lentos, egocéntricos, susceptibles, quisquillosos... y que no se suba jamás la leche, guardar la calma, sonreír cuando uno patearía...

28. Significa el cultivo de honestas amistades, un franquearse, un dar y recibir... Aprender a tratar a mis hermanos, no sólo ocasionalmente, sino en forma más estable. Una amistad... es absolutamente necesaria. No rechazar a nadie, bondadoso con todos, pero natural para ahondar aquellas relaciones que Dios pone en su camino.

29. Este espíritu de equipo es la señal de las obras llamadas a perseverar. Lo que es sólo mío, morirá conmigo y allí quedará.

30. Entrega, entrega entera y total en manos de Cristo para que Él se sirva de nosotros.

31. No sólo hay que darse, sino darse con la sonrisa, hacer la vida de los que nos rodean sabrosa y agradable.

32. Cada uno tiene posibilidad de hacer algo, cada uno siguiendo su carácter: unos alegres, otros artistas, otros tranquilos y pacíficos, otros simpáticos... Cada uno cultivando su naturaleza. La gracia supone la naturaleza.

33. Un renacimiento del idealismo es lo que más falta nos hace. Idealismo que significa desinterés, generosidad, sacrificio, amor, pero más ajeno que propio, deseo de dar más que de recibir.

San Alberto Hurtado, SJ

Paz y Bien

No son sólo palabras


Para el día de hoy:
Evangelio según San Juan, 1, 35-42

(La Evangelización no es sólo palabras, anuncios, teorías, discursos.
Es ante todo testimonio de la vida que se renueva por la presencia del Espíritu del Resucitado.
Es vida que ha cambiado y se manifiesta y se comunica a los demás...

- Vengan y lo verán-
Seguimos tus pasos. Queremos ir a tu morada. Sos el Salvador, el Cordero de Dios que lleva en sus hombros todo el peso de nuestros pecados)

Paz y Bien

El pobre es Cristo


El pobre es Cristo,
Cristo desnudo,
Cristo con hambre,
Cristo sucio,
Cristo enfermo,
Cristo abandonado.
¿Podemos quedar indiferentes?
¿Podemos quedar tranquilos?

San Alberto Hurtado, SJ

Paz y Bien

El llamamiento de Leví es el de todos


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 2, 13-17


(No viniste a buscar lo supuestamente perfecto, lo que es presentable, lo que no desagrada.

A los despreciados por todos los llamaste para que te siguieran y los invitaste a tu mesa.
Permitinos seguirte, permitinos convertirnos a la Gracia, permitinos sentarnos a Tu Mesa.
Amén)

Paz y Bien

Rodolfo Ricciardelli





Quizás corresponda comenzar con formalidad

El 13 de julio de 2008 falleció el padre Rodolfo Ricciardelli, párroco de Santa María Madre del Pueblo, presbítero de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Argentina, vicaría Flores.Pero ¿sabés? Rodolfo, no alcanza ni para comenzar.

Si, ya sé, no te gusta que se hable así de vos. Lo lamento, hay que hacer honor a la verdad.

Y entonces, sin la menor sombra de dudas, diría también:

La Iglesia ha perdido a un sacerdote magnífico.

Esta casa que llamamos patria, ha perdido a uno de sus mejores hijos.

Los pobres, un padre y un defensor inclaudicable.

Y nosotros, un amigo y un hermano y tenemos el alma vestida de tristeza.

Igualmente, no hay palabras suficientes, Richard, Rodo.

(No sé si alguien tendrá las palabras exactas... Porque ¿como se cuenta el amor, ese que dá la vida por los demás, ese que hace que a los más pobres no les falte el pan, ese que a los ignorados y a los despreciados de este mundo los pone de pié y los dignifica, ese que desde cierto silencio y sin estridencias ni publicidades anuncia la Buena Noticia de Jesús, esa confianza que reza pidiendo al Padre ¡Que venga a nosotros tu Reino y su Justicia! y trabaja incansablemente cooperando con ese Cristo que constantemente nos anda buscando...)

Vos sabías muy pero muy bien que el Padre Dios no quiere que nadie, ni uno de sus hijos se pierda.
Y que hacemos llorar a María por los sufrimientos de los niños y de todos los demás.
La Madre llora por sus hijos ignorados y olvidados, omitidos hasta en las crueles y estériles estadísticas.

Yo sé bien que abandonaste todo por seguir los pasos de Jesús desde el lugar del pobre.
Es claro.
(Aunque no está mal, es fácil hacer obras de caridad cuando uno tiene la certeza que abandona el barro contaminado y la miseria y vuelve a un lecho limpio, a comida caliente, a una ducha, a una familia que lo contiene y cuida.)
Es tan claro que hasta abandonaste la salud por todos tus hijos.

Si señores, sus hijos.
Pocos como él podían portar con autoridad el bello título de "padre" que otorgamos a nuestros sacerdotes, muchas veces por pura costumbre.


Mucho más se podría contar, y seguramente con palabras decididamente mejores que las presentes.

Rodolfo, te fuiste el 13 de julio pasado y hasta hoy nos tira la tristeza. Y tocaríamos fondo en caída libre si no fuera por Cristo, nuestro Hermano y Señor.

Porque tenemos la certeza de que estás allí donde todos ansiamos alguna vez llegar.
Como vos bien decías: santo es el que vive con Dios.
Así, tal cual.
Vos andás por su Casa.
Y los pobres han ganado un protector incansable.
Y nosotros, a un hermano que lo sabemos siempre abogando por nosotros.

Confiados en la infinita misericordia de un Dios que nos quiere a ultranza, sabemos que vamos a reencontrarnos cuando Él lo disponga.

Por eso, para vos - pero mucho más para nuestros hermanos sumergidos y para nosotros - la bendición de nuestro santo Hermanito de Asís (Nm 6, 24-26):

El Señor te bendiga y te guarde
te muestre su faz y tenga misericordia de ti.
Vuelva su rostro a ti y te dé la paz.
El Señor te bendiga, hermano...

Paz y Bien

Consagración al Corazón Inmaculado de María - Juan Pablo II


1. "Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios".

Pronunciando las palabras de esta antífona, con la que la Iglesia de Cristo ora desde hace siglos, nos encontramos hoy ante Ti, Madre en el año jubilar de la nuestra Redención.

Nos encontramos unidos con todos los Pastores de la Iglesia, con un particular vínculo, constituyendo un cuerpo y un colegio, así como por voluntad de Cristo los Apóstoles constituían un cuerpo y un colegio con Pedro.

En el vínculo de tal unidad pronunciamos las palabras del presente Acto, en el que deseamos incluir, una vez más, las esperanzas y las angustias de la Iglesia por el mundo contemporáneo.

Hace cuarenta años, y luego diez años después, Tu siervo, el Papa Pio XII, teniendo ante tus ojos las dolorosas experiencias de la familia humana, ha confiado y consagrado a Tu Corazón Inmaculado todo el mundo y especialmente los pueblos que, por su situación, son objeto particular de Tu amor y de Tu solicitud.

Este mundo de los hombres y de las naciones lo tenemos ante los ojos también hoy; el mundo del segundo milenio que está por terminar, el mundo contemporáneo, nuestro mundo!

La Iglesia, recordando aquellas palabras del Señor : "Id ... y enseñad a todas las naciones... He aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"(Mt 28,19-20), ha reavivado, en el Concilio Vaticano II, la conciencia de su misión en este mundo.

Y por eso, oh Madre de los hombres y de los pueblos, Tú que conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que sacuden el mundo contemporáneo, acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a Tu Corazón : abraza, con amor de Madre y de Sierva del Señor, este nuestro mundo humano, que te confiamos y consagramos, llenos de inquietudes por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos. De un modo especial te confiamos y consagramos aquellos hombres y aquellas naciones, que de esta entrega y de esta consagración tienen particular necesidad.

"Bajo Tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios! ¡No desprecies nuestras súplicas, que estamos en la prueba!".

2. He aquí, encontrándonos ante Ti, Madre de Cristo, ante tu Corazón Inmaculado, deseamos, junto con toda la Iglesia, unirnos a la consagración que por amor nuestro, tu Hijo ha hecho se sí mismo al Padre : "Por ellos - ha dicho Él - me consagro a Mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la Verdad "(Jo, 17,19). Queremos unirnos a Nuestro Redentor en esta consagración por el mundo y por los hombres, la cual en su Divino Corazón, tiene la fuerza de obtener el perdón y de procurar la reparación.

La fuerza de esta consagración dura para todos los tiempos y abraza a todos los hombres, los pueblos y las naciones, y supera todo mal que el espíritu de las tinieblas es capaz de provocar en el corazón del hombre y en su historia y que, de hecho, ha provocado en nuestros tiempos.

Oh ¡Cuán profundamente sentimos la necesidad de consagración para la humanidad y para el mundo : para nuestro mundo contemporáneo, en unión con Cristo mismo! La obra redentora de Cristo, en efecto, debe ser participada por el mundo por medio de la Iglesia.

Esto manifiesta el presente año de la Redención : el Jubileo extraordinario de toda la Iglesia.

¡Seas bendita ( en este Año Santo), sobre toda criatura Tú, sierva del Señor, que del modo más pleno obedeciste a la divina llamada!.

¡Seas saludada Tú que estás enteramente unida a la consagración redentora de tu Hijo!

¡Madre de la Iglesia! ¡Ilumina al Pueblo de Dios por el camino de la fe, de la esperanza y de la caridad! Ilumina especialmente aquellos pueblos de los que Tú misma espera nuestra consagración y nuestra entrega. Ayúdanos a vivir en la verdad de la consagración de Cristo toda la familia humana del mundo contemporáneo.

3. Confiando a Ti, oh Madre, el mundo, todos los hombres y todos los pueblos, Te confiamos, también la misma consagración del mundo, poniéndola en Tu Corazón Materno.

¡Oh Corazón Inmaculado! ¡Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en el corazón de los hombres de hoy y que en sus efectos inconmensurables ya grava sobre la vida presente y parece cerrar los caminos hacia el futuro!.

Del hambre y de la guerra ¡líbranos!.

De la guerra nuclear, de una autodestrucción incalculable, de toda guerra, ¡líbranos!

De los pecados contra la vida del hombre desde sus albores, ¡líbranos!.

Del odio y del envilecimiento de la dignidad de los hijos de Dios ¡líbranos!.

De toda clase de injusticias en la vida social, nacional e internacional ¡líbranos!.

De la facilidad de despreciar a los mandamientos de Dios, ¡líbranos!.

De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, ¡líbranos! De la pérdida de la conciencia del bien y del mal, ¡líbranos!.

De los pecados contra el Espíritu Santo, ¡líbranos! ¡líbranos!.

¡Acoge, oh Madre de Cristo, este grito cargado con los sufrimientos de todos los hombres! ¡Cargado con el grito de enteras sociedades!.

Ayúdanos con el poder del Espíritu Santo a vencer todo pecado: el pecado del hombre y el pecado del mundo ', el pecado en todas sus manifestaciones.

¡Que se revele, aún por esta vez, en la historia del mundo el infinito poder salvífico de la Redención: poder del Amor Misericordioso! ¡Que él detenga el mal! ¡Transforme las conciencias! ¡Que en Tu Corazón Inmaculado se manifieste a todos la luz de la Esperanza! Amén.

Siervo de Dios S.S. Juan Pablo II
Paz y Bien

Levantarse y empezar a andar


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 2, 1-12

(Él nos cura, nos libera de todas las cargas que nos detienen y nos impulsa a caminar.
-Nunca vimos nada igual - dijeron los testigos de la curación del paralítico.
Nosotros tampoco.
No hemos querido ver la mano bondadosa de un Dios que se hizo uno de nosotros y para nuestra Salvación, murió en una cruz y resucitó.
Y que poseedor de toda autoridad, de todo poder, nos hace poner de pié desde la ternura)

Paz y Bien

Un Dios todo Misericordia


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 40-45

(Cristo trae la Vida, porque toca, recibe, acepta, no rechaza lo que el mundo considera intocable, lo que el mundo desprecia, lo que el mundo rechaza. La salud del cuerpo trae consigo la salud del alma, y es esta salud la misma que expresamos con nuestra Madre: Causa de Nuestra Alegría, la Gracia. El leproso curado, a pesar del pedido de Jesús, no puede contenerse y cuenta a viva voz y a quien quiera escucharlo esta alegría que lo inunda, esta Gracia que lo desborda. Que así sea nuestra vida misionera también...)
Paz y Bien

Ser santos hoy


Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca sólo al culto de los fieles o quede sólo en la Iglesia,
sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social.

San Luis Orione (Don Orione)



Paz y Bien

Todos te están buscando


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 29-39

(Pudiendo hacerlo de cualquier modo, a la suegra de Pedro le tomaste la mano y la levantaste.
Todo lo tuyo con los demás es absolutamente personal.
La gente se enteraba, y acudían en masa a la puerta de donde estabas a rogarte que los curaras de sus enfermedades, a suplicarte los liberaras de sus cargas.
Ahí también estamos nosotros, entre esa gente.
Pedro te avisó: - Todos te están buscando -
Y nosotros también, por la gracia de Dios)

Paz y Bien

La vida eucarística


Él nos espera para acoger todas nuestras cargas, para consolarnos, para ayudarnos como el más fiel y siempre amigo.
Igualmente Él nos permite vivir su vida, especialmente cuando nos asociamos a la Liturgia y ahí experimentamos su vida, su pasión y muerte, su resurrección y ascensión, y el devenir y crecer de su Iglesia. Entonces seremos elevados de la pequeñez de nuestro ser a la grandeza del reino de Dios; sus asuntos serán nuestros asuntos y cada vez más profundamente estaremos unidos con el Señor y en Él con todos los suyos. Toda soledad desaparece y estamos incontestablemente escondidos en la Tierra del Rey, caminando en su luz.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz OCD (Edith Stein) - Mártir

Paz y Bien

La Gracia y el poder del Maestro


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 21-28

(Sabemos que el maligno trabaja fuerte para que no lleguemos a los brazos de Dios, para no llegar a su Casa, para que le cerremos la puerta a la Gracia, a la Salvación...
Pero se olvida que nada ni nadie prevalece sobre el Maestro.
La expulsión del espíritu malvado del alma del poseído por Jesús nos avisa y anuncia la Salvación que vendrá luego de su Muerte y Resurrección: la victoria sobre la muerte, de la que hará partícipe a toda la humanidad)

Paz y Bien

Cuenta con nosotros y nos invita

Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 14-20

(El camino preparado por Juan - fiel hasta el fin - estaba listo: ya es tiempo maduro para el anuncio de la Buena Noticia, para transformar nuestras vidas, para convertirlas a la Gracia liberándonos del pecado que nos ata a este mundo en el que somos peregrinos. Jesús se acercó a hombres sencillos. Los buscó tal cual eran. No les ordenó encolumnarse detrás de Él, antes bien los invita -Síganme y los haré pescadores de hombres...-.
La respuesta al llamado a la evangelización debe ser total pero también enteramente libre. El Dios de la Vida, el Todopoderoso cuenta con el hombre para anunciar el camino del Reino de Dios que se acaba de abrir en la tierra cerrada...

Hoy se acerca a nosotros tal cual somos, con todo y a pesar de todo lo que somos, y nos dice que lo sigamos, que cuenta con nosotros para el anuncio de la Buena Nueva, nos invita y nos espera. Siempre nos espera.)

Paz y Bien

El Santo en nuestro mundo

Si parece cierto lo que digo — y les ruego a ustedes, los que me oyen, que se penetren de ello y lo examinen— , entonces se hace visible aquí una imagen del Santo que es muy afín al sentir de nuestra época. Pues esta época siente desconfianza respecto a las personalidades extraordinarias y las hazañas desmesuradas; a pesar de la excitación y agitación que hay en todas partes. Más aún, quizá precisamente por todo esto: porque las personas más honradas y auténticas notan qué mortal tontería hay en todo esto. Se me ocurren dos ejemplos que quizá aclararán mejor lo que quiero decir.


Al final de la Primera Guerra Mundial surgió el concepto del "Soldado Desconocido". Antes se había hablado del gran jefe militar, o del realizador de hazañas famosas. Parece que éstos dejan de ser interesantes; en cambio, adquiere importancia el que ama su tierra, el que conoce sus deberes y los realiza, donde está, con silencio y decisión... Otra cosa análoga: desde hace algún tiempo se ve que las tareas científicas, técnicas, sociales y otras muchas, se hacen tan grandes que un solo individuo no puede ya dominarlas. Así, en lugar de la personalidad descollante, aparece el equipo, el grupo de trabajo. Cada cual trabaja en su sitio, pero con la responsabilidad por la causa común. Cada cual sabe que por esa causa puede confiarse a los demás; lo mismo que él, obviamente, está al lado de cada uno de los demás... Ambos fenómenos indican el mismo carácter espiritual, el mismo matiz anímico. Lo extraordinario retrocede; lo individual se vuelve invisible; en cambio, con eso hay en cada cual una sensibilidad viva por la cosa de que se trate, y con ello cada cual adquiere una nueva importancia. Quizá no esté descaminado compararlo —naturalmente, en otro plano— con lo que acabamos de decir sobre la imagen del santo. Éste ya no se caracterizaría por una forma de existencia que se saliera del resto de la vida. Más bien actuaría en lo invisible, haciendo lo que en cada ocasión es justo y adecuado; pero con una pureza de intención que cada vez se une más con el amor de Dios; desprendiéndose más perfectamente del egoísmo y la complacencia en sí mismo, y adquiriendo así una libertad que ya no tiene nada que ver con la originalidad y genialidad, sino que se realiza por completo en el núcleo de la persona.

Es seguro que cada hombre tiene su tarea en el conjunto de la historia, conducida por Dios en el mundo. Pero hay muchas tareas que aguardan a uno solo, que se ha puesto totalmente a la disposición de Dios. De tales tareas, hay muchas y muy apremiantes. Pensemos, por ejemplo, en el poder que ha alcanzado el hombre actual sobre la Naturaleza, pero sin haber crecido más él mismo; o en el modo como el individuo es absorbido por el Estado y la sociedad. Sin embargo, de eso no podemos seguir hablando ahora; queremos llamar la atención sobre otra cosa decisiva, a saber, la cuestión de la fe.

¿Puede creer hoy todavía un hombre honrado? ¿Y no sólo todavía, sino con plena responsabilidad? ¿Y qué aspecto tiene esa fe? En la Primera Epístola de san Juan se encuentra la frase: «Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe» (5, 4). El mundo ejerce su poder sobre el hombre de mil maneras exteriores, pero también interiormente. Actúa sobre los supuestos previos de su pensamiento; sobre las medidas de su juicio de valores; sobre su sentir respecto a lo que es real y esencial. Por todas partes irrumpe en él y trata de llenarlo por completo. En el caso de que ocurra así, ya no puede seguir creyendo. Por tanto, debe vencer esa fuerza del mundo; su corazón y su espíritu deben liberarse de él; obtener distancia respecto a él.

La tarea siempre ha estado planteada, pero en diversas épocas ha tomado caracteres diversos. Daría lugar a muchas conclusiones observar cómo se presentaba en la Antigüedad, cuando el mundo estaba determinado por el mito; cómo en la Edad Media, cuando hubo que dar forma al caos de la emigración de pueblos; cómo en la Edad Moderna, cuando la gran entrega del hombre concreto a Dios quedó contrapuesta a la liberación del individuo de sus cadenas. En cada ocasión tuvo lugar esa victoria. A partir de una comprensión abierta en el corazón y el espíritu, a partir de la más íntima decisión de la persona, adquirió una nueva forma, la relación entre el hombre dispuesto a la fe, y el mundo.

Es tiempo de que esto vuelva a ocurrir, de que otra vez el mundo sea vencido, para que pueda haber viva fe. No todavía, de tal modo que algunos individuos, que por su manera de ser pertenecieran a épocas superadas, sean capaces de algo que la generalidad de los hombres ya no puede hacer. Tampoco en sentido de que la fe cierre los ojos a la realidad del mundo y lleve una vida artificial en un territorio separado. Pero tampoco en el modo de un paradojismo desesperado que supiera muy bien que no hay caminos hacia Dios de que se pueda responder, pero que se lanzara hacia Dios en decisión irracional. Todo esto son asuntos a extinguir. Es tiempo de que se vuelvan a abrir los ojos para la verdad.

El mundo se cierra cada vez más sin dejar agujeros. Cada vez se cimenta más decididamente el mundo en el sentir de la época como lo uno y lo único; como Naturaleza, dada sin más, y como Cultura, dueña de sí misma. Por eso el hombre debe volver a poner en su mirada el mundo, como por primera vez, partiendo de su origen interior. Debe aprender a leer otra vez sus formas y relaciones. Debe ver — no sólo pensar, no sólo afirmar, sino ver con los ojos— que el mundo no es sólo Naturaleza, sino obra de Dios; no una totalidad saciada en sí misma, sino palabra que habla de lo auténtico; y que el hombre no está encerrado en él, sino que puede salir en libertad. Ciertamente, no como si descubriera de algún modo un agujero en el conjunto, o abriera una ventana en la pared, sino en cuanto que ve que el mundo es el rostro por el cual mira Dios; y a la luz de esa mirada puede el hombre lanzar su mirada hacia la libertad de Dios. Pero en la apertura que así se produce, encontrarán sitio mucho más fácilmente las palabras de Dios y la figura de Cristo.

Lo que debe ocurrir ahí no es nada ruidoso, nada que produzca sensación. Más bien son cosas silenciosas, suaves; pero cosas que lo transforman todo. Sin embargo, sólo pueden suceder en el corazón y en el espíritu de aquel que se ponga a la disposición de Dios.

Esto sería una tarea cuya resolución aguardamos sobre todo del santo, al lado de los demás, que nos enseñe qué aspecto tiene hoy el amor, que es más fuerte que el poder.

A partir de aquí pueden también volver a acontecer milagros. Se dice que ya no los hay. Extraña afirmación, cuando al mismo tiempo, sin embargo, se creen los más curiosos milagros con una beatitud de confianza realmente estremecedora: charlatanería pública, milagrera, en todas las formas imaginables, médica, o social y cultural; o secreta, embustera, escondida en programas políticos y técnicos.

El verdadero sentido del milagro es que el Dios vivo se haga evidente en la realidad de la existencia. Su forma es diversa, cada vez según la época. El milagro que aguardamos consiste en que se disuelva la opresión sorda y pesada del mundo, de la que no parece haber salida, al hacerse capaces nuestros ojos de ver lo que es, y que nuestro corazón se penetre de cómo van las cosas en verdad.

Romano Guardini

Encargo y misión


Para el día de hoy:
Evangelio según San Marcos, 1, 7-11

Hoy la Iglesia celebra el Bautismo del Señor

(El Padre Dios le dice a Jesús "Sos mi hijo Amado, mi predilecto"
Y se nos enseña que el Señor viene a bautizar con el Espíritu Santo. Viene a anunciar el Reino de Dios. Viene a decirnos que Dios nos quiere.
Por el Bautismo somos partícipes de Cristo...
A nosotros también el Padre nos dice que somos sus hijos amados, y nos envía también a anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios.
Quiera nuestra Madre como mediadora de todas las gracias, auxiliarnos para cumplir fielmente este encargo y esta misión de un Dios que no quiere que ni uno de sus hijos se pierda. Amén)

Paz y Bien

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