La infinita misericordia de Dios y la reconciliación


Para el día de hoy:
Evangelio según San Mateo, 18, 21-35

(La deuda de diez mil talentos - varias toneladas de oro- es perdonada al servidor por la gran compasión del Rey, que se niega a entregarlo como esclavo y le condona su deuda: "lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda..." nos dice el Evangelio.
Pero ese mismo servidor, libre de su deuda, fue incapaz de perdonar y de tener compasión para con un compañero suyo que le debía unas cuantas monedas de oro.
Y así, la medida del perdón y compasión que no supo ejercer con su compañero, se le devolvió con creces.
El perdón inmenso del Rey quedó sujeto al mínimo perdón que el servidor no quiso ejercer.

Es tiempo ideal esta Cuaresma para volver a la compasión y volver al hermano, volver al prójimo del que nos distanciamos porque fuimos incapaces de perdonar o porque fuimos incapaces de pedir perdón. Y de la reparación, de la que nos solemos olvidar, que implica ante todo curar las heridas que podamos haber producido, de reconstruir las casas cordiales en donde se alberga la comunidad.

Ese Cristo que morirá solo y humillado en la Cruz por nosotros nos abre los ojos a la Infinita misericordia del Padre para con sus hijos.
Y somos tan partícipes con Él de las cosas del Reino de los Cielos, que esa Bondad del Padre queda supeditada a la bondad -por pequeña que nos parezca- que seamos capaces de hacer germinar en nuestro corazón.)

Paz y Bien

2 comentarios:

SD dijo...

Entendí una vez que el amor de Dios, es amor de Misericordia, y que solo de El proviene.
Significa que ama más allá de lo que se merece.
Cosa que nosotros no podríamos hacer o al menos sostenerlo en el tiempo.
Es una interesante definición, ya que nosotros expresamos algunas vez, palabras como: " No se lo merece ". En Dios nunca ocurre, su mesericordia es infinita, su amor es eterno.

Saludos,
SB

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, amigo, por tus palabras. Exacto: no es cuestión de méritos, es cuestión de misericordia infinita, de gracia, de gratuidad. Paz y Bien. Ricardo

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