Descubrir a Dios en lo cotidiano


Para el día de hoy (17/04/09):
Evangelio según San Juan, 21, 1-14

(Varios de los discípulos, sencillos pescadores galileos, están haciendo lo que les resulta más conocido y habitual: pescar.
Y para ellos, su alimento cotidiano era pan y pescado.

El Resucitado, Señor de la Historia y Señor del Universo... les prepara la comida!

Juan lo reconoce: -¡Es el Señor!-
Pedro lo escucha, y se tira al agua.
La barca se tambalea del fruto de la pesca que les había sugerido el Señor.
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Un deseo que es necesidad...
Que en la cotidianeidad, que suele agobiarnos de aburrimiento y rutina, podamos encontrar a Jesús.

Que nos suceda como a Juan, exclamar: -¡Es el Señor!- en el milagro de cada minuto vivido, descubriéndolo en las orillas de nuestro corazón.

Que nos animemos a echar redes de amor... Son redes que no se romperán jamás, por más frutos que lleven.

Que nos crujan a menudo las maderas del barquito de la vida...Es el Resucitado que anda en la orilla!

Que con Jesús podamos decirle a los hermanos que sufren: -Vengan a comer-.
Vengan a comer de nuestra mesa el pan que les falta, vengan y compartamos el Pan de Vida, vengan y compartamos el alimento de su Palabra.

Amén)

Paz y Bien

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