El hoy de la Salvación y la condenación


Para el día de hoy (22/04/09):

Evangelio según San Juan, 3, 16-21

(El amor de Dios no está sujeto a nuestros méritos.

Es incondicional, es gracia -gratia, gratis- porque nos ama infinitamente, totalmente, hasta el extremo de que su Hijo muera y resucite para que nosotros tengamos Vida, y la tengamos en abundancia.

Y nos enseña la Palabra que la Salvación es presente. No es cosa de hechos que sucedieron hace más de dos mil años, ni de acontecimientos y juicios futuros.

Jesús no es nuestro Juez, es nuestro Salvador. Ha venido para que el mundo se salve por Él, porque Él es la Vida, abundante e infinita.

El plan de Dios que Jesús nos ha revelado es su Infinito Amor de Padre, su invitación a sumergirnos en el río de la Vida, en obrar con la verdad como hijos de la luz.

Ése es el hoy de la Salvación: obramos dando vida y dando la vida porque Dios nos amó primero.

Y Dios es Abbá, un Padre que nos ama, no un juez severo e implacable.

Nosotros mismos somos los que hoy nos condenamos si elegimos las sombras de la muerte. No hace falta juicio ni magistrado.

Al mundo cada vez le importa menos la vida en todas sus formas; en esas tinieblas está marcada nuestra vocación de hijos de la luz, imperfectos y pecadores, pero que seguimos los pasos del Maestro)

Paz y Bien




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