Jesús, el Pan de Vida y las señales para ver y creer

Para el día de hoy (28/04/09):

Evangelio según San Juan, 6, 30-35

(Siempre se trata del hoy de Jesús.

-¡Jesús ha resucitado!¡Jesús está vivo!- exclamamos con alegría pascual. Pero a veces nos remitimos solamente a un hecho histórico, es decir, a un suceso maravilloso ocurrido hace aproximadamente dos milenios.

Por allí vamos mal.

El Señor resucitó para que tengamos Vida, y la tengamos en abundancia.
Y se ha quedado entre nosotros. Está siempre presente. Es presente.

El Padre Dios alimentó a las tribus en el desierto para sostenerlas y hacerlas fuertes en el camino de su liberación, el viaje desde la esclavitud a la libertad de la tierra prometida.

Jesús nos sostiene y nos hace fuertes hoy, en el camino de nuestra propia liberación.
Esa liberación culminará en Vida Eterna, pero tiene un presente decisivo y real, pues la verdadera liberación es el paso de la servidumbre al servicio, de la esclavitud de las miserias propias a la libertad de los hijos de Dios, locura de un Reino increíble que hace que libremente uno sea capaz de dar la vida para que otros vivan.

Al Maestro le preguntaban: -¿Qué signos haces para que veamos y creamos en Tí?

Esa pregunta, en el hoy de Jesús, es extensiva a todos nosotros.
Y es imperioso que nos provoque, nos moleste, nos conmueva y hasta nos duela.

Porque ¿cómo afirmar que Jesús es el Pan de Vida, el que sacia toda hambre y toda sed, si no damos signos de amor para que el prójimo/próximo no desfallezca de hambre, si no hacemos vida y pan todo lo que aprendimos?...)

Paz y Bien

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