Todo te confiesa

Jesús, toda dogmática sobre ti es buena,
y gustosamente afirmo de la misma:
«Yo creo; Señor, ayuda mi incredulidad».
Pero esa dogmática es buena solamente
porque puede aclararme la propia imagen
que de ti llevo en mi interior,
mas nunca me clarificará a ti mismo tal como Tú
-mediante to Espíritu- te manifiestas a mi corazón:
silenciosamente sales a mi encuentro
en el camino de mi vida,
como experiencia de toda gracia interior.
Sales a mi encuentro en el prójimo,
al que debo entregarme sin esperar nada a cambio;
en la fidelidad a la conciencia, a la que debo seguir
sin percibir ganancia alguna;
en el amor y en la alegría,
que no son más que promesa
y me cuestionan si merece la pena creer
en el amor y alegría eternos;
en la oscura agua de la muerte,
que lentamente asciende desde el pozo de mi corazón;
en las tinieblas de la muerte,
que se muere a todo lo largo de la vida;
en la monotonía de los pesados servicios de la agitación diaria;
sales a mi encuentro por doquier, Tú,
el Íntimo, el Innominado o el Llamado por Tu nombre.
En todo busco a Dios para huir de la nada asesina
y no puedo abandonar el hombre que soy, al que amo.
Pues todo te confiesa...
Karl Rahner, S.J.

2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hoy, más que ayer, sé que mi vida está en sus MANOS, pero también sé que espera que yo ponga de mi parte todos los dones recibidos a su disposición, para que abierto al ESPÍRITU, ÉL, el ESPÍRITU, pueda guiarme y hacer maravillas según la VOLUNTAD del PADRE.
Y esa es mi lucha, y la lucha: vencerme a mí mismo y renunciar a la forma de comerme la
manzana. Esa es la cruz que tengo que cargar y, agarrado a ÉL, avanzar confiado y esperanzado en que llegará la muerte, pero una muerte de cruz que será vencida con la Resurrección de una vida que continua, pero ahora triunfante y gloriosa.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Hay Vida para siempre, hermano y amigo, y no tanto por los méritos de cada uno sino por la Infiniata Misericordia de un Padre Dios que no ha vacilado en entregar a su propio Hijo por cada uno de nosotros. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba