Oikoumene

Para el día de hoy (28/05/09):

Evangelio según San Juan, 17, 20-26

(Jesús está por asumir la terrible Cruz, que será su paso por la muerte y su Resurreción para nuestra Salvación.

Y en ese momento de angustia, pues sabe que sus amigos lo dejarán solos en esas horas difíciles, ruega a su Padre.

Y ruega a su Padre por los Once y por todos aquellos que creerán en su Palabra. Piden que todos sean uno como Él y el Padre lo son, en el Amor.

Se está por ir y deja un testamento hecho plegaria, una preocupación raigal hecha oración.

Pide por los que creen en Él y lo aman, para que permanezcan unidos en el amor.

Esa unidad no es uniformidad, claro que no. El Señor nos conoce a todos y a cada uno por nuestros nombres y en nuestra totalidad, con luces y sombras.

Tampoco se trata de de buscar puntos de coincidencia en medio de las diferencias. Es mucho más, muy profundo y sencillo.

Eso que llamamos ecumenismo se trata de amor, nada más y nada menos.

Amor que nos une por ser hijos de un mismo Padre, salvados por su Hijo, nuestro hermano y Señor, e iluminados y sostenidos por el Espíritu Santo.

No buscarnos como hermanos entre los cristianos -sea cual fuera nuestra confesión- es motivo de escándalo, contradice la Buena Noticia y un Jesús que nos ama eternamente verá que hacemos oídos sordos a su llamado.)

Paz y Bien

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