Es un Dios de vivos, y no de muertos

Para el día de hoy (03/06/09):

Evangelio según San Marcos 12, 18-27

(Los saduceos negaban la Resurrección.
Eran también parte de quienes detentaban el poder en aquella época, y por ello enfrentaban al Maestro; lo detestaban tanto como los fariseos, y buscaban la forma de suprimirlo, de eliminarlo.

Le hacen un planteo desde la ley de Levirato (Dt 25, 5-10), pero la idea de fondo es tenderle de nuevo una trampa.

Pero el Señor no se calla.

-y es necesario recordar que no se calló, ni nunca se callará, en especial con nosotros y por nosotros, hablará su Espíritu-

Los saduceos -y muchos más hoy día- "leen" la Palabra sólo desde la razón.
Pero la Palabra debe ser rumiada no sólo desde las limitaciones de la razón, sino también con el corazón, desde el espíritu, desde el alma.

Hemos perdido el gusto de saborear lo que es misterio, y el Señor constantemente nos invita a recuperar el paladar, dando el gran salto de la vida hacia la trascendencia.

¿Cual es el misterio en la Palabra hoy?
Dios es Dios de vivos! y no de muertos.
Dios quiere para sus hijas e hijos una vida plena y perfecta, para todos por igual sin ningún tipo de exclusión.
Una vida en donde no primará el dominio de unos sobre otros, una vida en donde todo será común unión y alegría sin fin.

El Maestro nos hace degustar el misterio de la Resurrección, momento del reencuentro final de toda la humanidad con Él, de los que andamos peregrinando ahora, de los que hemos dejado en el camino, de las mujeres y hombres buenos de toda la historia.

Nos sostiene la esperanza de esa Vida para siempre que ganó para nosotros muriendo en la cruz y resucitando.

Debemos buscar la vida plena y con felicidad desde ahora mismo, sabiendo adónde vamos.
La plenitud y la felicidad es nuestro sino y nuestro destino, aún en estos andurriales tan del César y tan poco de Dios.
Del Dios de la Vida)

Paz y Bien

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