Condiciones milagrosas


Para el día de hoy (31/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 54-58

(Cuando hablamos de milagros, nos referimos a sucesos que escapan a la racionalidad humana y que se suponen producto de la intervención divina, esto es, que Dios interviene directamente en la historia de cada hombre.

Pero la otra faz de los milagros está en la aceptación por parte del hombre de que Dios actúe en su vida.
Por eso el milagro es mucho, mucho más que un suceso extraordinario: es una cuestión de Amor, de Gracia y de fé.

Y así, como los nazarenos rechazaban al Maestro por prejuicios y preconceptos -¿Acaso no es éste el hijo del carpintero?- nos enseña la Palabra que el Señor no realizó allí muchos milagros por la falta de fé de esas gentes.

Es un mensaje del Nazareth de ayer a nuestro hoy.
Portamos muchos prejuicios, preconceptos y condicionantes que esgrimimos impiadosamente, y con ello se nos pierde la oportunidad de descubrir los milagros diarios que el Altísimo hace en nosotros -ése que es Dios del Universo y sin embargo se hizo uno de nosotros, encalleciendo sus manos en el trabajo de la madera-.

Quiera el Espíritu del Resucitado para recuperar en nuestros corazones esas condiciones de fé que nos permitan descubrir sus milagros.
En especial el de la Vida que se nos regala, y que se renueva en cada despertar.)

Paz y Bien

Los frutos del hoy, la cosecha del mañana

Para el día de hoy (30/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 47-53

(La Salvación es un hoy permamente.
No se trata de pensar sólo que Jesús nos ha salvado con su Pasión y su Resurrección, ni tampoco que sólo luego del paso por esta tierra se pondrá en una balanza celestial lo vivido, y de acuerdo a ello -y a donde se inclinen los platos- obtendremos visa para el cielo o para el infierno.

La Salvación sucede hoy, aquí y ahora.
Somos -hasta el que parece más fuerte y poderoso- seres extremadamente frágiles y dependientes de esa Vida que se nos dá constante y gratuitamente, la Gracia.

Pero está en nosotros rendir frutos; no hay coacción ni amenazas, el Maestro nos invita a regresar al lugar de donde nunca deberíamos haber partido, los brazos de su Padre que es el nuestro.

Hoy somos buenos... Jesús seguramente no mira tanto nuestras miserias del ayer sino nuestros corazones arrepentidos del hoy que se transforman en anticipación del Reino de los Cielos en el que hay lugar para todos.

Y entonces, cuando terminen estos tiempos y dé comienzo la vida definitiva, será como nos enseña el Maestro: en esa amplia red de pescadores se colectará todo, pero necesariamente se separará lo bueno de lo malo, y esa decisión es totalmente nuestr, personal.

A no equivocarse: todos, sin distinción de clase, género, raza, estamos llamados a la Salvación y personalmente decidimos el lugar en que quedaremos cuando esa red pase y levante la cosecha del mar de la humanidad a través de la historia.

-Cómo será de misericordioso el Padre, que hasta nos dá tiempo: ese hoy de la conversión hacia Él, que significa a la vez converger en comunión hacia el hermano, se prolonga hasta el último instante-

Hasta los sabios, los estudiosos, nosotros mismos que cargamos un amplio bagaje de conocimientos, debemos imitar a ese Cristo sentado a orillas del mar, y separar de nuestra red interior lo que sirve y lo que ocupa lugar inútil, lo bueno y lo malo, lo viejo y lo nuevo.

Es tarea para ahora mismo)

Paz y Bien




El corazón de Marta


Para el día de hoy (29/07/09):

Evangelio según San Juan 11, 19-27

(Dice la Palabra que muchas personas habían ido a consolar a Marta y a María por la muerte de su hermano -en otros Evangelios se nos revelará el nombre de este hermano muerto, que era un gran amigo del Señor: Lázaro-.
Y Marta, al enterarse de que Jesús llegaba, no puede contenerse y sale a encontrarlo.

La fé de esta mujer resplandece en la oscuridad de los tiempos.

Sumida su alma en la tristeza, no abdica en su confianza en el Maestro porque tiene la certeza que por más profundo que sea el dolor, por más inalterable que parezca la muerte... si el Señor se hace presente, desaparecen los imposibles.

Pedro lo confesará abiertamente y sin ambages en Cesarea.
María de Magdala será testigo de su Resurrección, y lo llamará Señor y Maestro, segura y emocionada.
Tomás, testarudamente fiel, exclamará ¡Señor mío y Dios mío!

Y Marta, en su enorme corazón, lo reconoce y declara de manera contundente: -Si, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo-

Y nosotros, globalizados e impersonales seres del siglo XXI, emulando al Bautista ¿somos dignos de desatar las sandalias de Marta?...

El Señor siempre está viniendo para quedarse: habrá que evitar contenerse, desatarse los nudos del absurdo y la mezquindad y salir a encontrarlo.
No hay dolor que prevalezca, ni la muerte tiene la última palabra si Él está presente.

Entonces sí, brotará espontáneamente nuestra profesión de fé, que será expresada en palabras pero mucho más en el testimonio cotidiano: Jesús es nuestro Salvador.

No importan tanto cargos, funciones, rótulos, género ni jerarquías: ante todo, como Marta, lo importante y decisivo, la luz que resplandece en las tinieblas del mundo es un corazón profundamente unido a Cristo en el sendero de la fé hecha Vida.)

Paz y Bien

Espigas y cizaña


Para el día de hoy (28/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 36-43

(Habían dejado atrás la multitud, regresaban a la casa.
Los discípulos, sus amigos, se acercaron al Maestro a pedirle que les explicara la parábola de la cizaña en el campo.

Y el Señor enseña.

La cizaña no es muy diferente de la buena semilla: se la puede distinguir con claridad en los frutos que dará cuando sea el tiempo de cosecha.

Porque de la buena semilla del trigo se hará harina que se convertirá en el pan, que será alimento de todos.
En cambio, la cizaña sólo puede convertirse en tóxico, en veneno que se lleve al hombro salud y vidas, por eso es natural candidata al fuego.
En tiempos de cosecha se sabrá.

Quiera el Espíritu darnos un corazón confiado -como les sucedió a los Doce- necesitado de la cercanía con Jesús y capaz de decir -No sé- -No entiendo-.

La Palabra es inagotable manantial de riquezas.
En cada etapa y en cada momento de la Vida hay más que descubrir, más de lo cual nutrirse, más para comprender.
Y para ello es necesaria la confianza y la cercanía con el Maestro.

Sólo así crecerá sencilla y fecunda la semilla buena, libre de la cizaña que envenena y que sólo trae muerte.

A no olvidarse: hoy, ahora mismo, es cuando esa semilla vá creciendo en nosotros.

Que por la bondad de un Padre que no cesa de buscarnos, sean muchos los rostros de los que, viviendo en su Justicia y en su Amor, resplandezcan con su luz)

Paz y Bien

Desde el silencio

Para el día de hoy (27/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 31-35

(Estamos acostumbrados, por diversos motivos, a esperar lo espectacular, lo majestuoso, la magnificación de gestos, la majestuosidad de celebraciones, los hitos que marcan el antes y el después, lo instantáneo...

Sin embargo, la pequeña semilla que Jesús ha sembrado en nosotros crece en el silencio y en la sencillez de lo cotidiano.

Desde allí, desde ese lugar que puede parecernos ínfimo -las honduras de nuestros corazones- el Maestro está haciendo crecer el Reino de Dios.
Aquí y ahora.
Hay que terminar de convencerse y darse cuenta que el Reino es presencia y presente, es hoy con mayúsculas, no es vaga promesa del ayer ni utopía de un mañana incierto.

Queda en nosotros hacer ese silencio, y permitir que el Espíritu rece por nosotros ¡Abbá!.

El Reino será tan frondoso, que habrá lugar para que todas las almas se cobijen.
La pequeña porción de levadura que llevamos desde el Bautismo irá fermentando la masa, y el pan será de todos.

Sustento diario y Pan de Vida Eterna)

Paz y Bien

De cuando se descubren sagradas las necesidades básicas


Para el día de hoy (26/07/09):
Evangelio según San Juan 6, 1-15

(Habitualmente, asociamos el concepto de obscenidad a aquellas situaciones cargadas de contenido sexual y/o pornográfico que consideramos ofensivas. Pero es un reduccionismo poco certero del término.

El hambre es obsceno.

Y estamos muy mal acostumbrados a tolerar esta obscenidad como algo corriente.
Afirmamos creer en un Dios Creador del universo, que ha dado vida al hombre a su imagen y semejanza.
Afirmamos creer en un Dios que es Padre Bueno.
Afirmamos creer en un Dios que se hizo uno de nosotros, Jesús nuestro Señor.
Afirmamos creer en un Dios que es Espíritu y que renueva todas las cosas, que hace morada en el corazón humano.

Cuando se agrede a los hijos, se agrede a su padre: cuando a uno de estos hijos le falta el sustento, es una ofensa mayor -y cada persona es templo vivo de Dios-
No hay atenuantes en este juicio, no justifican el hambre las malas cosechas, los cambios climáticos, las crisis de diversa índole, la superpoblación.
Y no estamos frente a una entelequia, ni frente a una reflexión política o ideológica ni frente a una teorización: el hambre tiene víctimas con nombre y apellido y rostro, Juan, María, Pedro, Ana y millones más.

-Deberíamos temblar de no ser por creer en un Dios que es Misericordia: en cualquier otra situación, sería dable imaginar la temible y justiciera de un Padre ofendido y enojado por lo que le hacen a sus hijos-

Toda vida es sagrada, desde la concepción hasta la muerte, y más allá también.
Toda vida -por pequeña que sea- es única e irreemplazable, y nos hemos olvidado de ello.
Por eso el hambre es obsceno, porque ofende a la vida que es sagrada, y se agrava en tierras como éstas, en donde se pueden producir alimentos para diez veces la población que la habita.

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En la Palabra del día de hoy,el Maestro viene a refrescarnos la memoria, a sacudir y despertar los corazones embotados.

Jesús sentía la necesidad de retirarse a un sitio apacible, a un lugar tranquilo en donde estar a solas con su Padre y sus amigos...¿qué mejor que una montaña?
No obstante lo cual, la gran multitud que lo seguía -y que era capaz de ver en los signos que hacía sanando enfermos al Mesías- se acercó hasta allí mismo: ¡esos miles habían subido a una montaña con tal de acercarse a Él!
Vaya a saberse el tiempo que había pasado desde la última vez que habían comido algo.
El Señor deja todo la intimidad con el Padre y los amigos, el descanso, la tranquilidad del lugar: sólo tiene ojos para ver a una muchedumbre hambrienta.

Felipe, escéptico, le dice que no basta una gruesa suma -doscientos denarios- para darles un trozo de pan a cada uno -eran cinco mil hombres sin contar a mujeres y niños-
Andrés, desconfiado, trae a su presencia a un niño que tenía cinco panes de cebada y dos pescados -un almuerzo de pobre-
¿Qué hacer con tan poca cosa?...

Jesús hace sentar a la muchedumbre cómodamente en el pasto.
Toma los panes y los pescados del niño: nos dice la Palabra que "dió gracias", para luego distribuirlos entre los que estaban sentados, en ambos casos.
Con ese dar gracias el Señor consagra, hace sagrados los panes y los peces que se van a constituir en alimento de la multitud, porque sabe de la sacralidad de la vida.
La muchedumbre, come todo lo que quiere hasta quedar satisfechos.
Luego de saciado el hambre de tantos, sobra mucho todavía.
El Maestro manda que se recoja todo, para que nada se pierda.
Con cinco panes y dos pescados, comieron hasta satisfacerse miles, y aún sobró comida... Y llenaron doce canastos
-Doce canastos llenos, doce tribus portadoras de la Promesa, Doce discípulos en misión-
A no engañarnos: esto que sobra y que llena los canastos no es exceso, no es resto de comida -las sobras- sino que es signo de la Gracia: no es lo mínimo, indispensable y calculado, es la Vida que se nos en abundancia, sin medida, expresión del Amor inconmensurable del Padre para todos.

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El niño no vaciló en dar su sencillo almuerzo al Maestro, para que Él dispusiera del mismo.
Con igual corazón de ese muchachito, confiemos y compartamos, por poco que nos parezca: el Señor lo multiplica y nos hace coautores del hoy milagroso acto de compartir.

El compartir desde la honduras del alma, con la Gracia de Dios, produce el increíble milagro de la multiplicación, que hace que ningún hijo de Dios pase hambre.
Es tarea sagrada.
Es el sacrificio -hacer sagrado- agradable a Dios.
Es darnos cuenta y convertirnos, converger en comunión a lo sagrado escondido en la vida cotidiana.

Y allí sí, con el auxilio del Espíritu que sopla en todas partes, nosotros mismos nos haremos pan para los hermanos hambrientos.
Y lo que sobre debe guardarse, nada debe perderse.
Se alimentará una multitud, pero hay muchos más que están por venir al gran banquete de la Vida, la auténtica Eucaristía, la inmensa acción de gracias de la humanidad a un Cristo presente y vivo entre nosotros.
Para mayor Gloria de Dios y alegría de los hermanos)

Paz y Bien

El poder como servicio

Para el día de hoy (25/07/09):

Evangelio según San Mateo 20, 20-28

(Descubrir/se el propio lugar suele ser una tarea ímproba. En especial porque se requiere de modo primordial una gran vivencia de humildad.
Esto es válido tanto para lo personal como para lo social, lo comunitario, lo político, dado que estos últimos se originan en el ethos de las personas.

Si nos remitimos al concepto estricto de definir, concluiremos con facilidad (de-finis) que hablamos de delimitar, de marcar los límites de una palabra, su alcance y su periferia.

Por eso el Evangelio es Palabra de Dios, es enseñanza de Jesús acerca del ilimitado Reino de los Cielos... se extiende mucho más allá de una somera definición.
Es más, el Maestro tampoco plantea alternativas: suponer que lo que nos enseña es sólo opcional, es minimizar el valor infinito de la Verdad.

Nos lo dice con claridad, taxativo, sin dejar dudas:
-El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo...-

El poder es servicio, es donación de la propia vida, es anteponer el bien del prójimo al propio bienestar, es mansedumbre, es no violencia -pero no es pacifismo estéril, ni sumisión ante la maldad y la injusticia, jamás-

Quizás vaya siendo tiempo de empezar a decirle unas cuantas cosas a este mundo, desde un silencio estentóreo.
Suena paradojal, pero es la bendita y maravillosa locura del Reino de Dios.
Y esas cosas se dicen con el testimonio, por más pequeños que seamos, por más miserias que arrastremos tenemos un mandato de nuestro hermano y Señor Jesús.

Los músicos comienzan a afinar sus instrumentos, pues está por celebrarse la gran fiesta de la Vida: la familia de Jesús -vos, tú, él, yo, nosotros, ¡Iglesia!- renovó su fidelidad saliendo de sí misma y se puso a servir a sus hermanos.

-Y tiemblan los poderosos de este mundo, porque no entienden-

Como el Padre, Dios que es Amor.
Como el Hijo, Señor del Universo, que nos guía con el Espíritu y es Todopoderoso porque "no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud")

Paz y Bien

Humus


Para el día de hoy (24/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 18-23

(Nuestro queridísimo Atahualpa Yupanqui a menudo solía reflexionar acerca de una antigua sentencia del amauta kolla Choquehuanca -Runa allpakamasca- o -El hombre es tierra que anda...-

Tenemos un origen de barro, y un destino celeste.
Hemos sido moldeados desde el barro con manos de ternura por el Creador, Padre incansable que nos ha regalado la Vida.

Y en este sino terrero, nos hemos olvidado de dónde provenimos.

Hemos descuidado, ignorado, agredido y maltratado a esta tierra que nos prohijó y a la que volverán nuestros huesos cuando partamos a la Casa Grande que nos ha prometido Jesús.
Hemos descuidado a la Pachamama, a Gaia, a la Madre Tierra, que es hija también de nuestro Padre Bueno, Creador y Señor del Universo.

Siendo tierra que anda, hemos de cuidarnos como recipientes de esa semilla de Vida que es la Palabra de Dios, que quiere germinar y dar frutos en nosotros.

Habrá que ver en donde cae la semilla.
No vaya a ser que caiga a un costado, se nos pierda en el camino, venga el Enemigo y la arrebate.

Habrá que cuidar que no tengamos piedras mezcladas en medio de nuestro humus fértil.
No vaya a ser que la semilla sea recibida con alegría, pero ante la menor tribulación o ante las persecuciones se nos pierda y no germine.

Habrá que cuidar que en nuestro surco no florezcan los yuyos malos y las cizañas espinosas del mundo y las riquezas.
No vaya a ser que la semilla se ahogue y perezca -sería mejor que ni siquiera caiga, quizás en este caso-

Habrá que cuidar que nuestra tierra esté limpia de piedras y espinas, y sea receptiva por lo fértil.

Ahí sí.

La semilla habrá de germinar, dando múltiples e incontables frutos que se convertirán en pan para el hermano sometido por el hambre, pan de Vida para las almas hambrientas.

Amén)

Paz y Bien


Cercanías

Para el día de hoy (23/07/09):

Evangelio según San Mateo 13, 10-17

(A los discípulos se les concede conocer y ser partícipes de los misterios del Reino de los Cielos.
Los Evangelios nos lo muestran con claridad y en diversas situaciones, pero siempre el Maestro revela su Palabra y muestra sus signos a sus amigos, a los que están cerca de su corazón.
Desde el Señor, la Gracia y desde el discípulo las ganas de estar cerca de Él, de ser su amigo.

Los discípulos son Pedro, Juan, Tomás y los otros.
Y vos, y tú, y yo y muchos más también.
-sin embargo hay multitudes a las que la Palabra de Jesús llega en forma de Parábolas y que no entienden, miran sin ver, oyen y no escuchan-

Nosotros andamos también andamos mezclados -a veces- en esa multitud informe e impersonal, que se cree cercana a Jesús pero reniega de su amistad y de un alma que intime con Él.
Miramos y no vemos en el hermano el rostro de Jesús, oímos su voz sin escucharlo, creemos que por pertenecer a una comunidad determinada poseemos privilegios automáticos de conocimiento, nos endurecemos en la limitada lógica humana y no nos atrevemos a dar el salto del corazón, a correr el riesgo infinito del Amor... Portar un título o ejercer una función determinada, sentarse en el lugar más cercano a los altares no implica estar cerca de Jesús, pues no se trata de razones, sino de corazones.

Quiera el Espíritu del Resucitado guiarnos al remanso de su cercanía y su amistad, y comprender y ser partícipes de las cosas del Reino de los Cielos.
Amén)

Paz y Bien


María, la de Magdala

Para el día de hoy (22/07/09):

Evangelio según San Juan 20, 1-2.11-18

(¡Cuántas cosas se han dicho de ti y se siguen diciendo, María Magdalena!

A través de la historia te han nombrado pecadora en el peor de los sentidos, te sindicaron como prostituta, minimizaron la importancia que te dió el Maestro -quizás sólo por el hecho de ser mujer-.
Hoy en día hasta tejieron -en nombre de pseudo intereses científico-históricos que sólo esconden un gran negocio editorial- una historia en la cual habías tenido un hijo con Jesús, que eras su pareja, que fundaste un linaje real, que el Grial...

Y hemos, por ello, olvidado la Palabra.

Esa Palabra que nos cuenta que junto a la Madre del Señor y a la madre de los hermanos Zebedeo, te habías quedado en pié a los pies de la cruz, cuando casi todos se habían escondido por miedo y por espanto.

-El Evangelista Marcos nos agrega que eras aquella de la que Jesús -"había expulsado siete demonios..."-

En esa madrugada incierta, en plena oscuridad, fuiste al sepulcro en donde habían dejado el cuerpo de tu Señor muerto, y viste que la gran piedra que lo tapiaba había sido movida.
Y corriste, corriste sin parar en búsqueda de Pedro y de Juan, para avisarles que lo habían quitado del sepulcro.

Habías visto cómo lo despreciaban, cómo lo injuriaban, cómo lo torturaban,cómo lo humillaban tratándolo como al peor de los criminales, como agonizaba en la cruz... y ahora ni siquiera lo dejaban tranquilo después de muerto.

Tu alma transida de dolor es arrasada por ríos de lágrimas.

Pero el Padre Dios es Misericordia, Dios de la Vida y de todo Consuelo.
No quiere el dolor para ninguno de sus hijos.
Y decide intervenir personalmente, y te alivia de tu llanto.

Primero, dos de sus mensajeros preguntan el motivo de tus lágrimas.
Les contestas que se llevaron a tu Señor, que no sabes dónde lo han puesto. Y al contestarles, te das vuelta y Jesús estaba allí: lo miras pero no lo ves, no lo reconoces -nos pasa a nosotros lo mismo, María... el dolor nos ensombrece la mirada, el Señor está allí y no lo vemos...-

Él quiso seguramente abrir tus ojos, cegados de tristeza y desazón: -¿Porqué lloras? ¿A quién buscas?-

Y bastó que pronunciara en voz alta tu nombre, -¡María!- para que lo reconocieras y le dijeras, feliz -¡Rabbuní!- ¡Maestro! -tiempo después, uno de sus amigos, Tomás, exclamaría también de la misma manera -¡Señor mío y Dios mío!-

María, reconociste la voz de tu Pastor, y ese reconocimiento que nació en las profundidades de tu alma grande, te hace discípula del Maestro.

Por eso a través tuyo el Señor revela: -Subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes-

¿Es posible permanecer quieto cuando se ha descubierto al Resucitado, María?

¿Es posible callar cuando uno se dá cuenta de que el Maestro está vivo?

¡Jamás!

Por eso, María, partiste sin demora a anunciarle a los Once que lo habías visto, y que te había dicho esas cosas.
¡Justamente a ellos, María!
Fuiste la primera en enterarte de su Resurrección, y la primera en dar aviso.
Y no dudaste, aún cuando pudieran no creerte.

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Por una Mujer, María de Nazareth, el Dios del Universo pudo traer y regalar a la Humanidad la Salvación haciéndose uno de nosotros en su Hijo Jesucristo, Dios que se hace un frágil Niño en brazos de su Madre.

Por otra mujer, María Madgalena, los discípulos -los apóstoles, todos nosotros- tenemos en nuestras manos el más grande tesoro: Jesús está vivo, resucitó, venció a la muerte y nos rescató para la Vida.
Amén)

Paz y Bien

La familia de Jesús

Para el día de hoy (21/07/09):

Evangelio según San Mateo 12, 46-50

(Los lazos de sangre son importantes, sin lugar a dudas.
Y los lazos familiares -que suelen incluir a los anteriores- más importantes aún.

La familia es raigal, es fundamento de toda sociedad, es la primera comunidad en donde nos constituimos como somos, con una identidad única y definida y desde nos proyectamos para conformar la gran comunidad.

Jesús esto lo sabe, pero vá más allá.

Nos mira a los ojos, a vos, a tí, a mí, a nosotros y nos llama:
-¡Hermana!-
-¡Hermano!-
-¡Madre!-
Nos hace su familia, unidos por los indisolubles lazos espirituales que son hacer la Voluntad de su Padre -que es el nuestro-.

Anunciar la Buena Noticia, recuperar la dignidad mancillada de las hijas e hijos de Dios, confiar en su presencia constante en y con nosotros, proclamar con palabras y hechos su Salvación, nuestra liberación conquistada con su Pasión y confirmada para siempre en su Resurrección.

Nos hace -desde su afecto y amor entrañables- su familia.

Esa familia constituída novedosamente por el Maestro no es nada más ni nada menos que eso que llamamos Iglesia.

¡Alabado sea Jesucristo!)

Paz y Bien

Actos de magia y signos de amor


Para el día de hoy (20/07/09):

Evangelio según San Mateo 12, 38-42

(El Señor conoce lo profundo del corazón de cada uno.

Unos cuantos escribas y fariseos le reclamaban que les hiciera ver un signo, pero sus corazones estaban macerados de maldad. Por eso no buscaban un signo que les revelara al Mesías, sino más bien que le pedían que realizara un acto de magia, divertido y sorprendente para algunos, necesario y requerido para otros, pero carente de sentido y trascendencia para todos ellos.

En la postura de los escribas y fariseos -que también puede ser la nuestra- radica la auténtica y única discapacidad humana: un alma incapaz de transformarse, un corazón imposibilitado de conversión, un ser incapaz de amar.
Y la exclusividad, esa indecible soberbia -de la que somos potenciales adherentes- de creerse los únicos con derecho a percibir señales y discernir símbolos.

El Maestro conoce lo profundo del corazón de cada uno.
Sabe que el pedido de un signo parte de la mezquindad, nace en corazones estériles, y embiste con duras palabras contra ello: -Generación malvada y adúltera- dirá.
Él mismo es el Signo, Él mismo es la gran señal, la Buena Noticia: que Dios es Padre y es Amor, y quiere la Salvación de todos sus hijas e hijos, sin distinción de raza, nacionalidad, condición, género ni tiene ningún prejuicio, pues el Universo se sostiene por la Gracia, es decir, por la gratuidad de una Vida que se dá sin pedir nada a cambio.

¿Y nosotros?
Nuestros signos de amor, como hermanos de Jesús e hijos de su Padre han de ser nuestro testimonio de ¡Abbá! que salva, libera, sana, entrega la Vida y busca el bien de todos sin descanso.)

Paz y Bien


Meditación y compasión

Para el día de hoy (19/07/09):

Evangelio según San Marcos 6, 30-34

(Los discípulos venían cansados y a la vez eufóricos, contándole a Jesús todo lo que habían hecho y enseñado en Su Nombre.
El Maestro los sabe cansados y también sabe que deben detenerse a meditar y orar; la misión ha sido fatigosa y no se han detenido ni un minuto.

Había muchas gentes que iban y venían porque sabían que el Señor estaba allí; por eso los invita a ir a un lugar apartado, para comer y descansar.
Y se suben a la barca, a un lugar solitario.
Pero aún así mucha gente los vió marcharse, y los siguieron desde la orilla, caminando, corriendo, desde muchos lados a la vez, y llegaron antes que ellos.

El Maestro desembarca: y al ver que eran tantos, al verlos desvalidos, al ver su desamparo, sintió una profunda compasión por ellos, y ahí nomás se puso a enseñarles muchas cosas, nos cuenta la Palabra...

Estamos inmersos en la vorágine mundana: es imperioso irnos con el Señor a un lugar apartado a descansar, a detenernos, para junto con El ver lo que hemos hecho y ver lo que debemos hacer, ver que ha hecho su Espíritu en nosotros, vernos por dentro, ver que quiere el Padre Dios de nosotros.

No es otra cosa la meditación y la oración.

Y habrá frutos, claro que sí: meditación y oración desligadas de la compasión son sólo pensamientos inútiles y palabras vacuas.

En nuestra vocación bautismal estamos llamados a ser compasivos como el Maestro, que dejó todo con tal de ir en socorro de quien lo necesitaba.

Quiera Dios iluminarnos para darnos cuenta cuanto confía en nosotros, cuanto espera de nosotros, cuanto nos necesitan nuestros hermanos.
Amén)

Paz y Bien




Envidias y confabulaciones

Para el día de hoy (18/07/09):

Evangelio según San Mateo 12, 14-21

(Los fariseos seguramente envidiaban a Jesús.
Porque la envidia puede definirse también como el disgusto o la ira por el bien ajeno, está intrínsecamente ligada a la soberbia, y dá abundantes frutos de odio.

-Y el Señor no es que poseía determinados bienes a codiciar, sino que era el Bien.-

Ese odio de los fariseos (un odio que ha atravesado limpiamente la historia hasta nuestros días) es el que los lleva a confabularse para matarlo.

A pesar de odios, trampas y confabulaciones, a pesar de saber que querían eliminarlo, al Maestro lo seguían muchos. Y los curó a todos!

La gente más sencilla, los más pobres y pequeños saben discernir en su corazón hacia dónde está el bien. Y lo siguen.

El Señor es el Siervo de Dios preanunciado por los siglos, el que "no disputará ni gritará", el Mesías, el Salvador de todos.

Válido es el interrogante si nosotros nos ponemos al servicio de Dios y de los hermanos, si nos convertimos en siervos de Dios para el prójimo, si nos convertimos en portadores mansos del bien, desprovistos de todo interés que no sea la libertad y la felicidad del hermano.)

Paz y Bien




Al servicio de la Vida, con el corazón en la miseria


Para el día de hoy (17/07/09):

Evangelio según San Mateo 12, 1-8

(Los fariseos habían sacralizado la Ley hasta el extremo de ponerla por encima de todo... Y aunque no lo decían abiertamente, anteponían normativas de la Ley al mismo Dios.
Y cuando las cosas de Dios quedan en segundo plano, los que sufren las consecuencias son las hijas e hijos de ese Dios que es Padre.

Entre las normativas derivadas de la Ley que habían sacralizado estaba el cumplimiento de todo lo relativo al Shabbat, el sábado.
El sábado debía de tener estricta observancia, a cualquier costo, pasible el transgresor de graves penas.

Corazones perversos que subordinaban a Dios y a sus hijos a sus normativas.

El Señor Jesús, que es Señor de la Historia, es nuestro hermano y nuestro Salvador y también es Señor del Sábado.
Por ello embiste contra esta opresión religiosa, rompiendo las cadenas que atan a sus hermanos, los hijos del Padre Dios.

Su admonición ha de quedarnos guardada en lo profundo de nuestro ser, semilla en espera de la germinación, aguardando que madure, crezca y nos nutra.

-Misericordia quiero, que no sacrificio- dice el Señor por boca de su profeta Oseas...

Misericordia.
Proviene su raíz latina de cor -corazón- y miseri -miseria-; es decir, poner el corazón en la miseria.

Sacrificio.
Proviene su raíz latina de ficio -hacer- y sacri -sagrado-; es decir, hacer sagrado lo que no lo es.

Solemos repetir la actitud farisea: hacemos sagrado lo que no lo es, pero que no debe serlo.
Anteponemos normas y cánones -a los que elevamos casi casi a la categoría de mandamientos- y nos olvidamos de la misericordia.

Y Dios es todo Misericordia, pues es ante todo y por sobre todo, esencialmente Amor.

Que el Espíritu nos ilumine para poner todo lo que hacemos, todo lo que nos rige y ordena al servicio de la Vida, a favor del hermano, y con el corazón puesto en la miseria del necesitado, especialmente de los más pequeños.

Y allí sí, viviremos en plenitud y de acuerdo a Dios, la comunión y la fraternidad, y nuestro culto, nuestra liturgia se hará vida que nutre la vida, expresión de alabanza y amor a ese Dios que es lejano y sin embargo es tan cercano.

Pan de vida, Vida plena, abundante, infinita y eterna.)

Paz y Bien


Un yugo leve, la carga imperceptible


Para el día de hoy (16/07/09):

Evangelio según San Mateo 11, 28-30

(El yugo es el instrumento que se utiliza para guiar unidos a los animales de carga y arado -specialmente caballos y bueyes- junto con las riendas.
Se lo coloca alrededor del cuello del animal: cuanto mayor es la carga que porte, mayor fuerza y presión ha de ejercer el yugo a fin de que no tuerza el rumbo, que no se salga del camino.

Nosotros solemos llevar cargas gravosas, pesadísimas, intolerables.
Cargas que nos hacen perder el rumbo.
Pero el Señor no nos cree bestias, por eso nos invita a ponernos Su yugo.

¡Magnífica paradoja -para el mundo especialmente- ésta, la del yugo del Maestro!; cuanto más leve y suave es, más ligera e imperceptible se nos vuelve la carga.

No sólo tenemos la certidumbre absoluta de la compañía constante de un Dios que es ante todo Padre -¡Abbá!-, sino que a la vez Jesús es alivio y descanso en el agobio y la aflicción, remanso transparente en el torbellino de dolor de vidas maceradas de olvido.

Se trata de la Gracia, señores.

Y la Gracia es gratuidad -se nos dá sin pedir nada a cambio, pura cuestión de Amor-

Y la Gracia es abundancia -no es "tómese un comprimido de gracia tres veces al día, la dosis necesaria para curarse...no se olvide que Cristo sana..."-

La Gracia se ha derramado, abundante y sin límites sobre todos y cada uno de nosotros.
La Vida plena está allí, al alcance del corazón)

Paz y Bien

La alegría de los pequeños


Para el día de hoy (15/07/09):

Evangelio según San Mateo 11, 25-27

(Jesús no cabe en sí de alegría, desborda de gozo.
El Reino de los Cielos ha sido ocultado a los poderosos.

Los sabios sin apetito de verdad -saturada su alma de soberbia, confiados en saberes perecederos-, no son capaces de verlo.

Los prudentes sin coraje de ir más allá -confiados en sus falsas seguridades, saturadas sus almas de comodidades- tampoco son capaces de verlo.

El Padre ofrece a través de su Hijo Jesús -hermano y Señor nuestro- su Reino a todos por igual, sin importar méritos y miserias.

Pura Gracia, total gratuidad.

El Padre, con inefable ternura, revela el mayor regalo a los más pequeños, a los más sencillos, a los mínimos, a los que el mundo desprecia, excluye y tiene por nada, a los sobrantes, a los nadies...
Los pequeños, hijos predilectos del Padre -que es padre y madre- han podido conocer y saborear la alegría del Reino de Dios.

Puede que debamos renegar de una vida aferrada a saberes esquivos y perecederos y a prudencia que es producto del confort, de no correr el riesgo de la fé en Jesús.
Puede que debamos identificarnos de una vez por todas con los más pequeños, en donde resplandece el rostro de Jesús. E identificarse no es mímesis, claro que no, sino hacerse uno más entre los pequeños.

No vaya a ser que la vida que se nos ha prestado torne en higuera estéril, pan que no nutre, comida que no se comparte, Reino de los Cielos que se nos esconda y se nos escape entre los dedos...)

Paz y Bien

Non Credo


No creo en el dios Dinero
falso becerro de oro,
fabricante de millones de esclavos.

No creo en el poder
que no se haga servicio al prójimo.

No creo en un Dios que sea un juez severo
y verdugo ejecutor de sentencias inapelables.

No creo en una Iglesia
que no sea familia grande y hogar espacioso.

No creo que estemos solos.

No creo en una fé declamada los domingos
y olvidada los lunes.

No Creo en un Cristo
que no pueda descubrirse
en el rostro de los pobres.

No creo que el Reino de los Cielos
sea cosa de lejanía, que no esté aquí y ahora,
al que se acceda sólo luego de morir.

No creo en un Evangelio de ocasión,
adaptable según el capricho imperante.

No creo en ninguna religión
que no renueve y transforme la vida.

No creo en la idolatría del éxito,
en la ética de ganadores y perdedores..

No creo en el imperialismo de las almas
ni en los que se creen dueños de la verdad.

No creo en el amor que no sea, ante todo,
vida que se entrega,
total y desinteresadamente.

No creo en ningún sistema
que no tenga por prioridad principal
la protección de los niños.

No creo en la oración
que pide, pide y pide,
y luego es incapaz de una palabra que haga el bien.

No creo en la ilusión de la violencia.

No creo en ninguna liturgia
ni en ningún culto
desligado de buscar sin descanso
el bien del prójimo, cercano y lejano..

No creo en la comunión
si no me hago pan para el hermano.

No creo en las palabras
vacías de esperanza.

No creo en la cruz
que no anticipe la Resurrección.

No creo en las estructuras
que impidan el salto al infinito
que no dejen germinar semillas de eternidad.

(Y yo, miserable e ínfimo,
limitado y egoísta,
pusilánime y supersticioso,
con todo mi lastre de miedos y torpezas,
creo que vos, Jesús,
sos mi hermano y mi Señor,
mi Dios hecho carpintero
mi Dios hecho pan para el hambriento
mi Dios de la Vida
abundante y eterna
que me busca con denuedo, sin descanso
por tu infinita bondad
porque sos Misericordia
y Todopoderoso
porque sos Amor)

Amén

Paz y Bien

Ricardo



Convicciones consolidadas, conversiones olvidadas

Para el día de hoy (14/07/09):

Evangelio según San Mateo 11, 20-24

(El Maestro no la pasó muy bien durante su predicación por Israel.
Los fariseos, rígidos en doctrinas que esclavizaban y que ponían la Ley por encima del hombre, lo criticaban abiertamente y complotaban para matarlos.
Los sabios y doctores, afirmados en la soberbia de sus propios saberes, no lo entendían.
Otros tantos buscaban gestos mágicos, antes que signos mesiánicos.
Hasta muchos de sus propios parientes le negaban apoyo, lo mentaban loco, trastornado, demente.

Sin embargo, los más pequeños y los enfermos confiaban y creían en Él.

Por eso la advertencia que nos hace Jesús en la Palabra para el día de hoy: no nos volvamos como Corazín, Betsaida y Cafarnaúm, en donde hubo muchos signos y pocos corazones de regreso al Padre.

No vaya a ser que por creernos firmemente afirmados en convicciones que son sólo nuestras, en aparentes tradiciones familiares y sociales -y que no son de Él- creamos que ya hemos cumplido, que no debemos hacer más.
No vaya a ser que por afirmarnos en falaces convicciones, como las ciudades, nos olvidemos de la conversión.
Conversión que requiere el espíritu de los pobres, enfermos y necesitados.
Que sólo esperan y confían en Él, que todo lo esperan de Él.)

Paz y Bien

Un león manso, Rodolfo Ricciardelli


(al padre Rodolfo Ricciardelli, que en apariencia se nos fué un 13 de julio de 2008)

Esto a ser difícil de expresar.
La razón quiere dictar la linea rectora, pero es en el corazón en donde anidan las certezas.
La razón ordena decir que hoy, exactamente un año atrás, te fuiste.

En cambio, el corazón tiene la certeza de que partiste, y sin embargo, estas presente con mas fuerza y no solo en la memoria.
Tu presencia es viva, es activa.

(Estoy seguro de que no simpatizabas demasiado con eso de "descansa en paz"... Lo tuyo es mas bien "vive para siempre")
Porque vos, y los que son como vos, no han de quedarse quietos, aun cuando se haya de dar el salto de la muerte terrenal.

Y lo que voy a decir a continuación -seguro- va a resultarte molesto: nunca te agradó que hablaran de vos, y me vas a tener que disculpar, pero si en la historia humana existen leones mansos, vos sos uno de ellos.

(Enojate ahora)

Pero sos ante todo un hombre bueno, tenaz, inquebrantable en tu mansedumbre.
Que nadie toque a uno de los tuyos, a los hermanitos mas pobres, a aquellos a los que la sociedad les dice continuamente que están de mas, que sobran, que no existen.

Tu corazón anda sublevado de amor, con una persistente e insatisfecha hambre de justicia... Y de justicia que comience aquí abajo, en estos arrabales de la tierra, aquí donde se asoma el Reino de los Cielos.

Así y todo, tu bravura es hermana de la mansedumbre, al igual que ese Jesús al que veías a diario mancillado, escarnecido, de nuevo crucificado.

Rodo -enojate de nuevo- pero vos sos un tipo poderoso.
Porque al igual que el Padre de Jesús -padre tuyo, mio, nuestro!- lo tuyo es cosa de amor.
Y el Padre de Jesús es Todopoderoso por eso mismo, porque es Amor.

Sos muy poderoso, lo fuiste y lo seras por tu capacidad de amar, de negarte a vos mismo y darte a los demás, al extremo de sacrificar tu propia vida.
Tu corazón grande comprendía a los que, desesperados ante las injusticias, elegían el camino de las armas.
Sin embargo, vos seguías los pasos del Maestro, Siervo de todos y Manso, sumiso solo ante el Padre Dios.
Por eso, sin duda, su Espíritu te sostuvo.
Por eso, no pudo con vos la Triple A, el nefasto terrorismo de Estado que mataba, secuestraba y torturaba en nombre de Dios, las organizaciones armadas, el neoliberalismo del hambre y la miseria, tus catequistas desaparecidos, la soledad en tu sacerdocio por cierta jerarquía que miraba en otra dirección, las drogas que consumían a los jóvenes, el narcotráfico, el linfoma que te acosaba...

Si algo aprendí de vos -y soy torpe, limitado y un tenaz cabeza hueca- es que no se puede creer y seguir los pasos de Jesús sin rebelarse ante la injusticia, sin jugarse el todo por el todo por el hermano en peligro.

Ahora andás en la Casa del Padre haciendo de las tuyas, incansable protector de los más pequeños y desamparados.
En esa casa inmensa -con lugar para todos- que Jesús nos ha preparado y nos ofrece en nombre de su Padre, te has juntado con otros tantos -comunión le decimos- (hace poco mamá fue hacia allá, y te agradezco desde lo mas profundo de mi alma, porque se que la fuiste a recibir en los umbrales)

La razón dicta: -¡Como se te extraña, carajo!-
Pero es el corazón en donde habitan las certezas, donde mora la verdad, donde el Señor se hace Vida plena.

Y esa certeza me dice que estas más vivo y presente que nunca, inquieto como siempre, bravo y tenaz en tu mansedumbre.

Rodo, rezá con nosotros y rezá por nosotros.
Un abrazo grande en Cristo y María.
Paz y Bien.
Ricardo

El filo de la Palabra


Para el día de hoy (13/07/09):

Evangelio según San Mateo 10, 34-11, 1

(Nada se me hace mas ajeno a la Palabra de Jesús como un arma, cualesquiera fuera su tipo.
El Señor rechaza toda violencia... Él es el Cordero de Dios, el Servidor Manso y Sufriente!

Pero su Palabra tiene filo, y corta, nadie lo dude.
Corta las cadenas que mantienen atadas almas y comunidades.
Corta las mordazas que impiden en habla, las manos maniatadas, las orejeras que impiden la escucha, las paredes que separan.

Desde el bautismo somos misioneros.
Y no será tarea fácil, las adversidades y los rechazos abundarán.

Pero el Maestro, con un afecto entrañable, nos llama por nuestros nombres y nos nombra profetas, justos y pequeños.

Hemos de ser profetas, anunciando el Reino y denunciando todo lo que se le opone, es decir, todo aquello que tenga olor a muerte.
Hemos de ser justos, en la Nueva Justicia del Reino de los Cielos, que es ante todo Misericordia y no tanto balanza en equilibrio.
Hemos de ser pequeños...sabiendo nuestra propia dimensión, sabiendo que no vamos por cuenta propia sino que vamos en Su Nombre, que Él está en nuestro comienzo, vá con nosotros e indefectiblemente nos espera para siempre en el aparente final.

¿Qué hemos de temer?)

Paz y Bien

De todas partes, a todas partes

Para el día de hoy (12/07/09):

Evangelio según San Marcos 6, 7-13

(Jesús fue convocando a sus discípulos de diversos lugares y situaciones: había pescadores, recaudadores de impuestos, campesinos, estudiosos, comerciantes...
Y a todos los envía, les encarga ir por todas partes a anunciar la Buena Noticia, que es alegría, liberación, plenitud, fraternidad, eternidad.
Y sabedor de sus fragilidades humanas, no los envía solos, por eso van de dos en dos, por eso Él va con ellos.

Los discípulos no deben amilanarse frente al rechazo, deben seguir su marcha.
Pero tampoco deben recostar su cabeza en la comodidad y el confort, en las seguridades materiales. Él se ocupará siempre de ellos.
Y por sobre todas las cosas, anunciar la Buena Noticia del Reino implica identificarse con los más pobres, sin las seguridades del alimento, del vestido, del dinero.

El anuncio es ante todo testimonio de vida.
Los discípulos irán expulsando los demonios de la injusticia, el egoísmo, la falta de solidaridad, el materialismo, la soledad, la exclusión y el abandono... Estas sanaciones son el signo de ese Reino que ya está aquí.

El Maestro envía a sus discípulos.
Envió en primer lugar a los Doce, pero la tarea no ha terminado.

Hoy nos envía con el mismo mandato, la misma confianza e iguales instrucciones a todos nosotros que decimos creer en Él.

¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Hásta donde llegaremos?)

Paz y Bien

Sin miedo


Para el día de hoy (11/07/09):

Evangelio según San Mateo 10, 24-33

(El Señor vá con nosotros.
El Señor ¡confía en nosotros!
Por eso debemos emprender la marcha sin miedo.

Sin miedo a decir y proclamar la verdad, que es anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios entre nosotros, que es lo que el Maestro nos enseñó.
Habrá persecuciones por esta verdad, este tesoro que llevamos en nosotros, pobres vasijas de barro.
Y las persecuciones pueden ser por medio de la violencia, o también por medio de la calumnia y las falacias. Tratarán de que la verdad se transforme en mentira y a la inversa, que la mentira se transforme en verdad -anunciamos que todos somos hijas e hijos del mismo Padre, y el mundo dirá que es mentira, que la verdad y por ende, lo bueno, es el sistema que oprime a millones en beneficio de unos pocos-

Sin miedo al castigo corporal -en estas latitudes tenemos una triste cercanía con la tortura y los torturadores a veces se pasean tranquilamente por nuestras plazas-. Aún así, no debemos tener miedo, por más terror que infundan: nuestros cuerpos pueden estar quebrados y macilentos, pero no se puede matar el alma, no se puede acallar al Espíritu que habita en nosotros, no puede picanearse la libertad.

Sin miedo a la necesidad. El Padre Dios está constantemente preocupado por sus hijas e hijos. Su Providencia sabe qué necesitamos... y es cuestión de confiar. No pasaremos necesidad ni apremios de ninguna clase.

Sé que es fácil decirlo, pero difícil vivirlo, pero... ¿cómo tener miedo, si Él vá con nosotros y se identifica con nosotros?)

Paz y Bien

Con la sencillez de palomas, con la astucia de serpientes


Para el día de hoy (10/07/09):

Evangelio según San Mateo 10, 16-23

(El Maestro envía a sus discípulos al mundo con una misión -anunciar la Buena Noticia- pero no los envía inermes... Y hasta los previene, les advierte acerca de lo que van a enfrentar.

Jesús envía a los Doce y nos envía a nosotros por igual.

Y no estamos inermes, y su advertencia a sus amigos sigue hoy plenamente vigente.

Es cosa del Evangelio la mansedumbre, pero no la sumisión: por eso el Maestro nos conmina a tener la astucia de las serpientes y la sencillez de las palomas.
Porque hemos que ir peregrinando por este mundo como sendero de santificación... mientras el hoy nos golpee sin piedad con el ansia opuesta de la satisfacción individual.
Y justamente por ello, nuestra fé que tratamos de hacer vida, se torna profética, es decir, se anuncia y se denuncia.
Se anuncia la alegría del Reino de Dios, y se denuncia todo lo contrario a la Vida plena.
No hay medias tintas: debemos ser inconformistas consecuentes.

No es válido profesar la fé que tenemos en Cristo y conformarnos con los abusos del materialismo, del hedonismo, del individualismo, del egoísmo, de una ética centrada únicamente en el interés individual.
Ese inconformismo será la raíz de dolorosos conflictos y persecuciones... en donde no estamos exentos de ser incomprendidos, humillados y amenazados hasta por familiares, amigos y compañeros.

-No debe sorprendernos la incomprensión y el rechazo de muchos hermanos nuestros, cristianos de "domingo", moderados en su vivencia, complacientes con la injusticia -¡no te metas en política!-, que anteponen el disfrute de la vida a la entrega y el sacrificio por los demás-

Decíamos al comienzo que el Maestro no nos envía inermes.

El Espíritu nos sotiene, el Espíritu habla por nosotros cuando la angustia y el miedo nos roban las palabras.

Firmes hasta el fin, Él va con nosotros a todas partes y no nos abandonará jamás, aún cuando le volteemos el rostro)

Paz y Bien


9 de Julio - La casa común que se nos ha regalado

(Hoy celebramos en este rincón del planeta -Argentina- un nuevo aniversario de nuestra declaración de Independencia.
A muchos siempre nos ha parecido -y nos sigue pareciendo tristemente- una tarea urgente e inconclusa.
Porque ante todo, Patria es esa casa común que el Padre Bueno nos ha regalado, en donde descansan nuestros mayores y en la cual queremos vivir, crecer y morir, y desde la cual adquirimos la identidad que a la vez, nos diferencia y por ello nos hermana a los otros pueblos.
Aún con todo el dolor de tantos hermanitos nuestros considerados sobrantes de la sociedad, con tantos niños abandonados, con tantos abuelos despreciados, con tanta muerte que pretende persistir de maneras torpes y también sofisticadas, en la esperanza del Reino que está entre nosotros y del Espíritu que nos sostiene, a mis paisanos, a mis hermanos: Feliz día de la Patria.
Y comparto una bella canción de Víctor Heredia, que refleja fielmente estos sentires. Paz y Bien. Ricardo.)

PATRIA

Ya entregué mi corazón
y otros te dieron la vida entera,
las fogatas de este amor
no encienden sólo en la primavera.
No me pidas olvidar, no me pidas desarmar,
desde niño aprendí que Patria
es memoria y sueño bajo la piel.

Mira mis manos, llenas de hermanos.
Que tu sangre cante en el viento
como bandera de libertad.

Volveremos a soñar
nosotros somos parte de un sueño.
Volveremos a cantar
sobrevivientes de tanto infierno.
Todo un pueblo soñará, todo un pueblo cantará,
la sonrisa de los que sueñan
hará un camino hasta la verdad.

Mira mis manos, llenas de hermanos.
Que tu sangre cante en el viento
como bandera de libertad.

Yo nací en este país
- mi padre hablaba de otro destino -
Nada de lo que viví
se ha muerto en tanto yo siga vivo.
La verdad es este amor que florece bajo el sol,
desde niño aprendí que Patria
es memoria y sueño bajo la piel.

Mira mis manos, llenas de hermanos.
Que tu sangre cante al viento
como bandera de libertad.

Víctor Heredia

aquí puede escucharse:

En camino


Para el día de hoy (09/07/09):

Evangelio según San Mateo 10, 7-15

(Jesús lo sabe, el Reino de Dios está cerca.
Tan cerca que ya estaba allí, independientemente de los méritos y miserias de mujeres y hombres, de buenos y malos, de santos y demonios.
El Reino de Dios está entre nosotros por pura Gracia de Dios.
Y sabemos, ante todo, que Gracia es sinónimo de gratis.

El Maestro envía a sus amigos a anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios.
Y no es un anuncio limitado a la proclamación de un determinado mensaje. El Reino de Dios debe anunciarse mediante signos de su presencia aquí y ahora: hay que hacer regresar a casa a los excluídos en el camino de la vida.
El anuncio del Reino está indisolublemente unido a gestos de amor, signo eficaz de la Gracia de un Padre que no cesa de buscarnos.
Los amigos del Señor transformarán esos gestos del Padre en hechos solidarios, pues todo lo han recibido gratis -¡Gracia!- y gratis, sin ningún interés, deben otorgarlo al necesitado.

La solidaridad, dondequiera se practique, es signo evidente del Reino de Dios entre nosotros.

Por ello, los discípulos nada deben llevar a la rastra; portan un corazón inmenso que se dona, enarbolan la paz que otorga el Altísimo, y ése es su sustento.

El mundo espera nuestros gestos de amor, esos signos solidarios del Reino de Dios entre nosotros, entre toda la humanidad.
Curando la lepra de la exclusión, sanando cuerpos macilentos y almas abandonadas, expulsando el demonio del egoísmo, trayendo a la vida al condenado a la muerte en el desprecio y la marginación.
Por Cristo, hermano y Señor nuestro.
Amén)

Paz y Bien

Llamado, comunión y misión

Para el día de hoy (08/07/09):

Evangelio según San Mateo 10, 1-7

(Nos relata y enseña la Palabra en el día de hoy acerca del llamado y misión de los apóstoles.

Debemos abrir los ojos del alma, y ver, y en silencio profundo dejar que la Palabra nos invada y nos ilumine.

Jesús llama a los Doce por sus nombres. Simón Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan, Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano, Santiago el de Alfeo y Tadeo, Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que lo entregaría.
Cada nombre con un significado muy especial, cada nombre revelando una identidad única y definida.

Jesús los envía -los envía, no dá una orden taxativa- con autoridad para expulsar demonios, y curar toda enfermedad y dolencia.

Jesús los envía a anunciar la Buena Noticia de la cercanía del Reino de Dios, especialmente a los perdidos, a los abandonados, a los descartados.

El llamado a los Doce es nuestro llamado.

Jesús nos llama por nuestros nombres.
Sabe de nuestra identidad, sabe como somos y quién somos.
No busca individuos, sino hijas e hijos del Padre que vayan juntos, en comunión en su Nombre.
Y nuestra misión: anunciar la Buena Noticia a todas partes, en especial a los perdidos.
Y expulsar los demonios de la injusticia, del egoísmo, de la insolidaridad, del poder, del dinero.
Y curar las heridas del cuerpo y del alma a nuestros hermanos desamparados: tenemos ese mandato y ese poder.

En su Nombre, para alegría del pueblo y para mayor Gloria de Dios)

Paz y Bien

Tu camino

Tu camino no es recto

según nuestra ingeniería.

Se tuerce de repente

en medio de la noche,

en busca de una oveja perdida

en un callejón oscuro

de traficantes baratos.



Tu camino no tiene plazo fijo

para ser inaugurado,

ni calendario de político.

Pierdes horas derramadas

en la frente de un asaltado

al borde del camino,

de un hombre cazado

por el ron y la amargura,

de un drogadicto adolescente

escapado de la casa,

que te obligan a cambiar

tu itinerario.



Tu camino no es ancho

como nuestras pistas de alta velocidad,

florecidas de marcas comerciales

como un nuevo paraíso orginal,

multicolores serpientes publicitarias

y frutos para sentirnos como dioses,

y riesgos de exhibición

que dan vueltas sobre sí misma

sin llegar a ninguna parte.



Tu camino no siempre es un éxito.

A veces naufraga en el mar

en una yola de emigrantes clandestinos,

o queda atropellado niño

en la esquina del semáforo,

con su esponja de limpiar cristales

todavía húmeda en la mano.



Tu camino es lento.

Avanzas con todo un pueblo,

con su cabeza endurecida

por esclavitudes programadas

y sus miedos viejos

a sueños, espíritus y amos,

atados a los pies y la memoria.

No te olvidas de ningún grupo

perdido en los escondrijos

de los archivos y los mapas.



Tu camino es desconcertante.

Se pierde en cañadas oscuras

donde apenas seo ye el ruido

de tu cayado de pastor contra las piedras.

Baja a las galerías del carbón

en busca del minero silicoso.

Se hunde en la noche de los contemplativos

atrapados en su celda inmóvil.


Tu camino empieza de nuevo

donde lo conocido acaba.

No vuelve hacia el ayer marchitado

de la belleza o del aplauso,

de la lección sabida,

del hogar infantil,

de la placa de reconocimiento

en el album de la crónica social.



Tu camino se hace tierno

en oasis de hierba verde

y de agua que corre gratuita,

de canto libre en cuerpos doloridos,

de alimento que pasa de mano en mano.

Aquí se apagan las bocinas comerciales

y no acuden con bandejas brillantes

los sirvientes de lazo negro

y de sonrisa de paga blanca.



Tu camino se gesta en lo escondido,

en laboratorios que aceptan

el desafío del futuro y de la muerte,

en la soledad de las bibliotecas,

en el silencio austero del místico,

en las noches en vela de la madre joven

que defiende su pequeña esperanza enferma,

en la reunión clandestina

de unos campesinos pobres

que planifican sus protestas y sus siembras,

en el discernimiento nocturno

de la decisión justa y honesta

que no tiene donde reclinar la cabeza.



Tú eres el camino,

siempre delante,

huellas recientes de pies descalzos

de hombre pobre y mirada gratis,

guía libre, sin equipaje de lujo

ni marcas comerciales en la espalda.

En la historia, sigues con nosotros.

Resucitado, ya llegaste.

Y como el centro de la rueda

convocas todos los rayos a tu encuentro,

caminos diferentes y dispersos,

y al converger todos hacia ti,

unos a los otros nos acercas.


Benjamín González Buelta, S.J.

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