Tesoros de bondad, cimientos de roca

Para el día de hoy (12/09/09):
Evangelio según San Lucas 6, 43-49

(El Maestro siempre recurrió a ejemplos sencillos de la vida diaria para enseñar.

-en parte, por ello se nos hace tan difícil vivir la Buena Noticia... nos hemos vuelto demasiado complejos y superficiales al mismo tiempo-

Jesús nos abre los ojos respecto de las acciones de buenos y malos.
Pero somos limitados y estamos atados al egoísmo que llamamos pecado.

Aún así, mirar y ver no es tan difícil; quizás sea cada vez más necesario redescubrir esas pequeñas semillas, esos pequeños frutos que sólo pueden provenir de almas que han hecho acopio de bondad, el único tesoro que importa.
Pues de frutos malos y tóxicos, hay un gran stock al que tristemente nos hemos habituado.

El primer ejemplo de tesoro de bondad y benevolencia que se me presenta es el de la queridísima Teresa de Calcuta.
Sin embargo, hay frutos del cielo que no debemos perder de vista.
Quizás sea el ¡buenos días! sincero de tu vecino, quizás el desconocido que te cede el paso, la palabra cálida de un amigo, la caricia de quien amamos, el gesto solidario de quien poco o nada tiene, la mirada comprensiva de una madre, el esfuerzo y la entrega de un padre por sus hijos...

Viendo esto, no ha de ser difícil construir nuestra morada sobre roca firme, la Palabra de Jesús hecha vida cotidiana.
Vendrán tormentas y tempestades, inundaciones o desastres pero el hogar de nuestras almas permanecerá en pié invariablemente.

¿Cómo ha de caerse, si nos sostiene el Señor en sus manos?)

Paz y Bien

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