Una hermana en peligro


Si en una familia se encuentra en riesgo uno de sus integrantes, los demás no han de quedarse quietos ni tranquilos.
Hoy nos sucede eso mismo.
Nuestra hermana, la bella Honduras, se encuentra en grave peligro.
Se corre el riesgo de perder muchas vidas... Vidas que para nuestro Dios son únicas e irrepetibles, y que así deberían ser para nosotros.

-Para colmo de males, hay ciertos señores que siguen considerando la vida de los pobres como fichas para jugar en una ruleta infernal-

Parecería que poco podemos hacer, y eso es un error.

Podemos orar, unidos por el Espíritu y sin descanso.

Porque lo que le sucede a nuestra hermana -si bien puede leerse desde lo político, lo ideológico, lo social, lo jurídico, o desde el sentido común- es ante todo cosa del Evangelio: hay en juego muchas vidas que deben preservarse y promoverse.

Oremos con la confianza de ser escuchados.
Oremos para que crezca el árbol de la paz y la justicia, y que nuestros hermanos hondureños gusten de sus frutos.

Es una tarea inaplazable.

Paz y Bien

Ricardo

5 comentarios:

Magicomundodecolores dijo...

Oremos por Honduras y por todos los pueblos que pasan necesidades y penurias. Recemos para que un día vean la luz.
Saludos y bendiciones

Salvador Pérez Alayón dijo...

Sólo JESÚS puede llamar a su PADRE, PADRE MÍO; nosotros recibimos la Gracia de ser hijos de DIOS en el HIJO JESÚS, y por ÉL somos sus hijos, pero sólo podemos decir: PADRE nuestro, y eso es una razón más de nuestra naturaleza comunitaria. Por eso todos somos hermanos y a todos nos debe importar, como proclama Ricardo, lo que pasa en muchos sitios, y de forma especial en Honduras.
Yo, a parte de todas esas razones y más, tengo una muy especial: "tengo allí un amigo, Eli, hondureño que marchó desde aquí, Lanzarote, de regreso a su tierra. Había venido a trabajar y a buscar un vida mejor, pero las circunstancias de la crísis que sufrimos le instaron a regresar a su patria. Y mira con lo que se encontró.
No sé como estará. Espero conocer algo por un hermano que quedó aquí, pero desde esta proclama de Ricardo me uno en oración por toda Hondura, para que la Gracia del SEÑOR ilumina a las personas que deben esforzarse por favorecer la paz, la justicia y el amor.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

P. Enrique dijo...

sin duda la situación es compleja y muy triste, me uno a esta petición. Soy salvadoreño y lo salvadoreños y hondureños son tan hermanos que tenemos muchas cosas en común, a pesar de diferencias históricas, pero que quizás pasaron sólo porque otros querían desunir. El problema de Honduras lo siento como propio.Hay tantos intereses de fondo ya de un lado como de otro, pero lo que si creo es que ante todo esta situación la ha engendrado la falta de amor y justicia. Que Dios de al hermano pueblo de Honduras mucho amor y mucha justicia, en todos sus ámbitos.

Bendiciones hermano Ricardo, unidos siempre en oración.

Fray Marcos dijo...

Yo ya hable del tema en el Blog, ricardo...no puedo agregar mucho más que un "amén", con signos de exclamación. Y como dice la última línea de EL CONDE DE MONTECRISTO (frase articulada por Edmundo Dantés, de pasó les recomiendo ese libro):

"CONFIAD Y ESPERAD".

Paz y bien.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Queridos y estimados Marisela, Salvador, padre Enrique y Marcos: gracias por sus palabras y su comunión fraterna; la oración es palanca, la oración es capaz de mover las montañas del miedo y la injusticia.
Oremos, como bien dice Marisela, por Honduras y por todos los pueblos sedientos de luz y paz.
Oremos, como nos aclara Salvador, pues lo que sucede tiene nombre y apellido, no es una cuestión abstracta o genérica.
Oremos, como nos recuerda el padre Enrique, para que florezca el amor y la justicia por sobre los intereses sectoriales.
Oremos, como certeramente nos señala Marcos, con la confianza de un ¡Amén! que funda su esperanza en Aquel que nunca nos abandonará.

Para todos, que el Dios de la Vida los colme de su Gracia y su alegría.
Les mando un agradecido y fraterno abrazo en Cristo.
Paz y Bien
Ricardo

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