De lo que cae por su propio peso

Para el día de hoy (24/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 5-9

(El Templo de Jerusalem era tenido como lo más sagrado; muchos estaban admirados de su construcción y de la belleza y la pompa que exhibía.
Sin embargo, el Señor previene que en un día no muy lejano, nada de lo admirado quedaría en pié.

-en efecto, cerca del año 70 las tropas imperiales romanas de Vespasiano y Tito, luego de un extenso asedio, conquistarían Jerusalem y destruirían el Templo-

Y el Maestro también pone en guardia a los ansiosos discípulos acerca de los que anunciarían fines espantosos en su Nombre: a ellos no hay que escucharlos.

No hay que tener miedo, no hay que alarmarse aún cuando haya estruendo de guerras y cataclismos, pues el final no implica terror...Será un día de alegría, plenitud y Gracia.

Y es bueno preguntarse y rogar acerca de ese templo importante que somos nosotros mismos, templo vivo del Dios que viene a morar en nuestro corazón.
Rogar para que todo lo que no es vida, lo que no es sagrado, lo que no es habitado por el Altísimo, sea derrumbado y caiga por su propio peso... Constituímos muchas cosas como de una sacralidad insustituíble, pero nos olvidamos del Dios que las hace tales...

Todo ese peso inútil y malsano que nos impide volar a los brazos del Padre.)

Paz y Bien

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