La alegría del regreso

Para el día de hoy (05/11/09):
Evangelio según San Lucas 15, 1-10

(Las palabras y acciones del Maestro son imposibles de ceñir al molde de ninguna lógica, y parecen por completo irrazonables, dignas del reproche.

Por eso los fariseos y escribas murmuraban en contra de Él, por eso tantos hoy en día son incapaces de gestos de misericordia, por eso nosotros mismos somos susceptibles de encerrarnos en nuestros propios esquemas.

¿A quién se le ocurriría sentarse a comer con gentes de conductas -por lo menos- reprochables, que con facilidad entrarían en las categorías de réprobos y serían dignos de severas reprimendas y castigos antes que de ningún festejo?

Dios es Misericordia, y es un misterio de amor tran profundo que resiste cualquier análisis, tanta es sus sencillez.

Algunos sabihondos le colgarían con rapidez el sambenito de "políticamente incorrecto" esto de festejar la conversión de un réprobo.

¿A quién también se le ocurriría poner en riesgo a todo el rebaño por salvar a sólo una oveja? ¿O despertar en la noche a toda la familia para buscar una moneda perdida, sabiendo que tiene a resguardo las otras nueve, que puede buscarla a la luz del día y, como si eso no bastara, llamar a los vecinos en la madrugada a festejar que se la ha recuperado?

Cada vida tiene para Jesús un valor único e irreemplazable: por eso es inapelable dejar todo para ir en busca de lo perdido.

No hay excusas: una vida recuperada es un universo que se renueva, es un cielo de fiesta, es un Padre que sonríe.

Y esta alegría no es sólo celestial: esta alegría, para ser completa y plena, ha de ser compartida por todos nosotros -somos los vecinos de las parábolas!-

Quiera el Espíritu del Resucitado darnos su luz y su claridad para abandonar todo esquema y atadura que nos impida ser partícipes y actores del misterio maravilloso de la Misericordia de Dios)

Paz y Bien

4 comentarios:

María Jesús dijo...

El Amor de Dios Incondicional que no practican los hombres, es incompresible para nosotros.
Un abrazo

P. Enrique dijo...

Esa es la hermosura del amor de Dios, un Dios que no ama masas sino personas, él nos ama a cada uno con toda su intesidad, pero para descubrir su amor es necesario despojarnos y purificarnos de nuestras concepciones muy humanas de amor que ostentamos, sin duda alguna.

Bendiciones hermano Ricardo-

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Exacto, M.Jesús, nos es incomprensible que para poder entender algo, hay que practicarlo como Él.
Un abrazo, y gracias por tus palabras
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Así es, nos quiere sin condiciones y a cada uno nos llama por nuestros nombres, conoce nuestros rostros y jamás nos considera abstracciones: sólo Él puede cambiar de raíz nuestra realidad cotidiana.
Un abrazo fraterno en Cristo y María, mi querido hermano Enrique, que Dios lo siga bendiciendo y acompañando en su ministerio.
Paz y Bien
Ricardo

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