Desde nuestros cimientos

Para el día de hoy (05/03/10)
Evangelio según San Mateo 21, 33-43.45-46

(Jesús, en la Palabra del día de hoy, nos hace presente la parábola de los viñadores homicidas.

En ella están reflejadas cabalmente nuestra obstinación en el egoísmo, en la codicia y en la soberbia. Pero también expresa la tenacidad infinita de la Misericordia de Dios, que aún con nuestros rechazos mortales, no cesa de buscarnos.

Ese Dios que nos ama ha expresado y expresa su ternura a través de la historia en su viña: el pueblo de Israel, la Iglesia, todos y cada uno de nosotros.

Ha enviado amigos suyos para los tiempos de la cosecha; esos amigos, santos y profetas, son consecuentemente rechazados.

Pero el Amor de Dios no conoce el cansancio.

Continúa enviándonos mensajeros para el cuidado de su viña; a muchos se los expulsa, a otros se los golpea, a muchos se los mata.

A veces, la crueldad parece no conocer límites.
Pero lo que no tiene límites es la Misericordia de Dios Padre y Madre.

Así entonces, envía a su viña a su propio Hijo.

Y la soberbia, haciéndose violencia bajo el disfraz de celo, llega a lo impensable: asesina al Hijo del Dueño con el afán de apropiarse de la viña.

No hay caso: no hay límite a la Misericordia.
El Hijo del Dueño de la viña vence a la muerte; es la piedra angular desde donde se debe edificar la vida, y ha sido desechada por los consructores.

Es tiempo de volver a Dios, de conversión y reconciliación; tiempo de volver a escuchar a los enviados por Dios para el cuidado de la viña, tiempo para desechar toda violencia, hierba venenosa que arruina los viñedos.

Tiempo de reconstruirnos desde los mismos cimientos de nuestra existencia con el Maestro, único fundamento que no perece.

Hay que derribar las falsas ideas y construir el templo santo de nuestro interior, donde morará Aquél que, a pesar de nuestra miserias, no deja ni dejará de amarnos)

Paz y Bien



4 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

¿Cuantas viñas se nos ha dado en administración y qué hemos hecho de ellas? Indudablemente nuestro mal empieza en el momento que nos apoderamos de lo que no es nuestro, y lo administramos como si fuera nuestro, sólo para nuestro bien. Y eso explica el resultado de todo lo que pasa en nuestro mundo.

¡Cuanto nos quiere el Dueño de la viña que insiste en llamarnos al bien administrado y al dar los frutos concertados! Nos envía muchos mensajeros, muchos signos, muchas detalles para que convirtamos nuestra codicia y egoísmos, y, ante nuestra negativa, termina por enviarnos su propio HIJO.

Y seguimos obstinados en nuestra empeño humano de apoderarnos de lo inmediato, de lo caduco, de lo que será temporal contra el fruto de la eternidad gozosa. ¡Cuanta ceguera, cuanta estupidez e ignorancia! Cambiamos felicidad por infelicidad, eternidad por finitud.

Recemos para que despertemos al don de producir los frutos del amor y arrojar los frutos del egoísmo.

Un abrazo en XTO.JESÚS.

♥Alicia dijo...

¡Q fuerte es el Evangelio para Hoy!
Te comparto este versículo: "...Así q, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación." Rom 14:19

Muy lindo tu blog.
Un abrazo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Sin dudas, querido Salvador, es uno de nuestros principales abismos el creernos propietarios de lo que se nos ha concedido a nuestro cuidado; y por desidia o por ambición -amas frutos del egoísmo- la tierra que se nos ha confiado puede volverse estéril.
Quiera Dios que en esta Cuaresma recuperemos la capacidad de volver y hacer fértiles nuestras vidas.
Un abrazo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Bienvenida Alicia! Gracias por tu presencia y tus palabras, especialmente por compartir la Palabra que nos dá Vida.
Un deseo de reconstruirnos y de hacer una Cuaresma fructífera y cercana a Jesús.
Un abrazo en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

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