Necesidad vital

Para el día de hoy (21/04/10)
Evangelio según San Juan 6, 35-40

(La existencia biológica del ser humano se encuentra supeditada al sustento, al alimento, a los nutrientes que incorpora.
Aún llevando una vida ascética, sin alimento -sin pan- el ser humano perece. El alimento es pues una necesidad vital.

Y hay una obviedad, tan evidente que solemos pasarla por alto: esas cosas que nos nutren y sostienen vienen de "afuera", es decir, no son propias del organismo sino que deben ser incorporadas: vitaminas, aminoácidos, proteínas, hidratos de carbono, oligoelementos, azúcares, calorías sustentan la vida a partir de algo ajeno, son dados por la mayor o menor calidad y cantidad de los alimentos ingeridos.

Ahora bien -y esto, para estas tierras tan golpeadas suele ser utópico-, en el supuesto caso de llevar toda una vida con una alimentación abundante y nutritiva, esa vida ha de llegar a su fin. La muerte biológica es parte del proceso de la vida, y debería ser tan natural como el nacer.

Pero estos son sólo procesos químico-biológicos si se quiere; y el Maestro tiene cosas para decirnos.
No es que quiera darnos un alimento de origen divino, producto de la misericordia de Dios como lo fué el maná en el desierto... Era un alimento destinado a la supervivencia, mero sustento de un tiempo difícil.

Magnífica locura del Reino, Jesús mismo se nos presenta como pan, como alimento, como dador de la vida plena, abundante e interminable.
Pan de Vida para que la vida no tenga fin, pan de vida para que nunca más haya hambre de ninguna clase, pan que colma el hambre más profundo del ser humano.

Solemos utilizar diversas falacias que justifiquen barbaridades bajo el rótulo de "es la voluntad de Dios".
Nada más equivocado y mezquino.
Este Pan revela la voluntad de Dios: que todos -todos los seres humanos, mujeres y hombres, buenos y malos, justos y pecadores- tengan vida, la tengan en abundancia y vivan para siempre.
Y por sobre todo, que ninguno se pierda esta maravillosa herencia que se nos ha legado, que es ser hijas e hijos de Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro.

Con esa bondad y generosidad, desde estos tiempos de vida que prevalece -Gracia de su amor infinito- habría que suplicar que Jesús mismo se nos vuelva necesidad vital, imprescindible y buscado a diario como el sustento que procuramos para nosotros y para los nuestros... Con la diferencia de que este Pan está siempre disponible y no se niega a nadie)

Paz y Bien

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