Las ocho puertas, la reivindicación de los perdedores

Para el día de hoy (07/06/10)
Evangelio según San Mateo 4, 25-5, 12

(A menudo suele decirse que el Reino de los Cielos es la utopía de Jesús; no obstante, si nos ceñimos a la etimología -u-topos, no-lugar- implica no sólo algo válidamente soñado, sino también algo a lo que se tiende, algo ideal, algo no alcanzado -o alcanzable en cierto modo-.

Sin embargo, el Reino es cuestión de tiempo presente, lleva en sí el perfume del aquí y el ahora y una silenciosa musicalidad de lo que creciendo humildemente pero sin parar, con la tenacidad de la semilla que germina.

El Reino al que Jesús nos invita implica vida plena aquí, en esta vida... Y esta vida tiene un destino cierto de eternidad, ya no habrá límites de tiempo y espacio, la muerte no tiene la última palabra.

En ese monte, el Maestro enseña con inefable ternura. Y abre las puertas a su Reino, ocho puertas bien definidas.
En esas puertas que abre por Gracia y Misericordia, reivindica a todos los
perdedores, a todos los derrotados, a todos los despreciados, a todos los que sobran.

El mundo rinde culto a mortales dioses del éxito, y desprecia al fracaso aparente. De manera grosera y torpe, divide a las gentes entre un selecto grupo de ganadores y una multitud ignota y sin rostro de perdedores y fracasados.

Jesús es Dios y Dios es Jesús, y ese Dios de la Vida se pone abiertamente, sin rodeos y con palabras claras y vibrantes del lado de los despreciados, abraza a los perdedores, enaltece a los humillados.

Esas ocho puertas de entrada al Reino son caminos de felicidad, senderos de bienaventuranza para quien se anime a traspasarlas.

La felicidad les pertenece a los que tienen espíritu de pobres, a los que no adoran al falso dios del dinero, a los que nada tiene salvo a Dios.

La felicidad les pertenece a los mansos, a los que a pesar de tanta humillación e injusticias, no hacen de la violencia su camino de liberación.
La felicidad les pertenece a los que hoy lloran por tanto dolor sembrado, porque Dios siempre se acuerda y es fuente de todo consuelo.
Los mansos y los que hoy lloran renovarán la faz de la tierra y dirán con el Maestro que otro mundo es posible.

La felicidad les pertenece a los que están famélicos y sedientos de justicia, porque hallarán en la Palabra de Dios su alimento y su bebida de Salvación, y de Su mano serán saciados.
La felicidad les pertenece a los misericordiosos, porque son capaces de salir de sí mismos y poner el corazón en la miseria del hermano.
Los hambrientos de justicia y los misericordiosos reconstruirán con Jesús la fraternidad y la igualdad tantas veces quebrantada.

La felicidad les pertenece a los limpios de corazón, porque ellos descubren a Dios y a Su mano en todas las cosas, en toda la creación, en el rostro del hermano.
La felicidad les pertenece a los constructores de paz, serán llamados hijos de Dios al igual que Jesús, nuestra libertad y nuestra paz.
Los limpios de corazón y los edificadores de paz reconcilian desde el Espíritu a la humanidad con ese Dios que está siempre disponible, esperando ansioso el retorno de sus hijas e hijos perdidos.

La felicidad les pertenece a los que son perseguidos y difamados a causa de vivir y anunciar con su vida la Buena Noticia. Ellos se identifican plenamente con ese Jesús que a pesar del espanto de la cruz, ha superado el fin esperado y ha resucitado.

Son ocho las puertas, son esas las gentes con destino cierto de plenitud, de felicidad inagotable.

El Reino ya está aquí, creciendo en silencio entre nosotros; para entrar, habrá que identificarse con alguno de ellos, benditos hermanos a los que el mundo desprecia pero que el Dios de la Vida hace plenos y felices.

Es tiempo de decidirse de qué lado nos ponemos)

Paz y Bien




10 comentarios:

ARCENDO dijo...

Buscar la FELICIDAD no es tarea fácil, pero EL nos dió las pautas..., AHORA BIEN, habrá que ponerse en camino y querer. UN FUERTE ABRAZO en XTO. JESÚS.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Efectivamente, con las Bienaventuranzas, Jesús nos da el programa para ser sus seguidores, no nos da otro.
¡Empeñemos de una vez toda nuestra vida en ello!
Con ternura.
Sor.Cecilia

red-en dijo...

Gracias por regalarnos este comienzo del día. Después del precioso amanecer que han visto mis ojos me llega tu palabra, su Palabra, con la fuerza y delicadeza de las Bienaventuranzas.

He vivido situaciones muy dolorosas a lo largo de mi vida. Una de las que más morirse un niño de desnutrición (kwashiorkor) en mis brazos en el Africa de los Grandes Lagos. Poco después mataban a casi todos los habitantes de esa región que se protegían del mal en una Parroquia en la que compartí el Pan de la Palabra y de la Eucaristía unos cuantos años de mi vida. Yo ya había vuelto de allí enferma unos cuantos años antes del Genocidio.
LAS BIENAVENTURANZAS SON PARA NOSOTROS CAMINO DE VIDA y, lo digo como Buena Noticia, en mí no germinó en vano. Después de mucho sufrir, de mucho trabajar las heridas y de mucho orar, pude integrar lo vivido. Desde entonces tienen una fuerza y un dinamismo nuevo las Palabras de Jesús, atraviesan todo mi ser. Van cargadas de muchos rostros y comunidades. HOY PUEDO DECIR DE NUEVO DICHOSOS LOS POBRES, LOS MARGINADOS POR LA SOCIEDAD, LOS NO VALORADOS POR NO TENER, POR NO SABER, POR TANTAS EXCLUSIONES QUE HOY VIVIMOS. DIOS ESTÁ EN NOSOTROS.
NO SÉ SI CONOCERÁS A ADOLFO CHÉRCOLES, JESUÍTA; SI TIENES OPORTUNIDAD HAZ UN RETIRO O VES A LAS CHARLAS QUE DE SOBRE LAS BIENAVENTURANZAS. ¡SU TESTIMONIO MERECE LA PENA, ADEMÁS DE QUE TE REIRÁS, SONREIRÁS Y TE INQUIETARÁ EN EL ESPÍRITU EVANGÉLICO! ¡ES UNO DE LOS REGALOS BGRANDES QUE HE RECIBIDO EN MI VIDA!
ESTÁS EN MI CORAZÓN Y EN MI ORACIÓN

Edit dijo...

Que buena noticia nos transmites hoy..
Cuan verdadera y necesaria!!!
Debemos repertirla a diario, para que nadie la desconozca.
Que Dios te bendiga por se una voz potente en este desierto.
Cariños.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Por sus frutos los conoceréis, y el fruto del verdadero amor es ese ansías de dar vida, de dar y compartir lo necesario para vivir, para vivir físicamente pero, también, espiritualmente.

Es por eso por lo que sólo piden los necesitados, los que tienen hambre y sed de pan físico y de la Palabra que da esperanza y alimenta ese pan.

Son los pobres, los carentes, los desvalorados, los apartados, explotados, hacinados, destruidos en el seno de sus madres, los olvidados, los que necesitan amor y el que se dice que te ama, SEÑOR, ahí te tiene para amarte.

Por eso, Bienaventurados los que son capaces de, por tu Gracia y Fuerza, amar y darse a los demás.

Pidamos las fuerzas necesarias para amar como CRISTO amó.

Un abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querido Arcendo, es verdad: está todo dispuesto, sólo basta querer y ponerse en camino.
El resto corre por cuenta de Su Providencia.
Un abrazo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querida sor Cecilia, al igual que usted yo imagino ese empeñar todas nuestras fuerzas como la conversión a la que estamos invitados, volcar toda la existencia en el cáliz de una vida nueva.
Un afectuoso saludo en el Dios de la Vida para usted y su comunidad.
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Bienvenida, red-en, el agradecido soy yo por tus palabras cálidas y generosas y por tu testimonio tan valioso.
Las Bienaventuranzas son nuestro camino, y no dejan de sorprenderme no sólo el modo abierto en que Jesús se pone del lado de los que sufren, de los olvidados, de los excluídos... Nos enseña de tal manera que, más que palabras conminatorias, son invitaciones a la felicidad, a la vida plena para todos sin exclusión.
Te agradezco también por recordar al padre Alberto Chércoles: he leído algunas cosas acerca de él, más sólo si viene aquí por Buenos Aires podré conocer de cerca ese mensaje fresco y renovado.
Dios te bendiga, ilumine y abrace por tu vocación misionera y de servicio, y proteja tu salud.
Un abrazo fraterno en Cristo y María, unidos en la oración.
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Nada más cierto, mi hermano y amigo Salvador; la caridad, el amor nos urge, nos empuja e impulsa.
No hay nada que hacer, digan lo que digan: la felicidad y la plenitud está en el darse sin límites, inclusive hasta el extremo de entregar la vida para que otro viva.
Un abrazo en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Edit, una vertiente de la Buena Noticia es la posibilidad del encuentro, aunque sea a través de este medio, y la comunión, y el descubrirnos y darnos aliento y apoyo.
Quizás debamos redescubrir que fuimos creados para la fiesta y la celebración, y eso nos compromete en la tarea maravillosa de que el mundo vaya perdiendo ese rictus amargos que tantas veces se nos pega.
Gracias por la calidez de tus palabras y por tu presencia constante.
Que tengas una semana plena y fructífera en las cosas valiosas junto a los tuyos.
Un abrazo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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