El cuidado del sembrado


Para el día de hoy (18/09/10):
Evangelio según San Lucas 8, 4-15

(Se nos ha regalado un tesoro increíble; somos herederos de lo infinito por Aquel que ha pensado en todos y cada uno de nosotros al dejar su Testamento.

La semilla del Reino -la Palabra- crece en nosotros humildemente y en silencio, con la tenacidad del amor ilimitado. Pero la fuerza de esa semilla no supone, por nuestra parte, una pasividad pura.

Es tiempo de Dios y el hombre, es tiempo de la semilla de eternidad que germina en el presente en unión indisoluble con el cuidado por nuestra parte de ese sembrado que tiene destino cierto de pan y cielo.

Habrá que cuidar de quitar la cizaña del egoísmo, las piedras de la comodidad y el comfort, el asfalto de la soberbia y la sequía... El sembrado crecerá fuerte y sano cuando el riego de una vida orante se hace constante.

Los frutos son tan humildes como la semilla, pero no por ellos menos eternos.
Son frutos maravillosamente impensados que escapan a toda lógica, y que se harán pan que alimente al hermano.

Las cosas del Reino son sencillas como la vida campesina, y nosotros quizás nos hemos vuelto demasiado complejos.

Tal vez debamos asumir la perseverancia y la tenacidad de esa semilla)

Paz y Bien


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