Dos ríos caudalosos, cuatro mujeres sospechosas

Para el día de hoy (17/12/10):
Evangelio según San Mateo 1, 1-17

(En la antigüedad, conocer la genealogía, es decir las propias raíces sanguíneas, definía la identidad. Es que todo árbol genealógico -y nos animamos a afirmar que la historia misma- es un tejido de familias.

Sin embargo, esta genealogía de Jesús que nos trae el Evangelista Mateo es por lo menos extraña, con "errores" flagrantes; quizás se deba a las razones de Dios que corren por otra vereda que las de nuestra limitada lógica. Tal vez, nos pueda resultar de lectura gravosa y complicada, pues nos olvidamos algo fundamental: los Evangelios no son relatos históricos propiamente dichos, sin más bien relatos teológicos o espirituales.

Ante todo, nos dice que Jesús proviene de dos ríos caudalosos: un río Abraham, a través del cual serán bendecidas todas las naciones de la tierra. Un río David, a través del cual la bendición llega al Pueblo Elegido.
Ambos ríos de magnas aguas desembocan -inevitablemente- en el mar sin orillas de la Salvación, Jesús el Cristo.

Además, la tradición de Israel -principalmente patriarcal- implica que toda historia familiar estará definida por los varones.
Sin embargo, Mateo nos sigue contando una historia extraña: este sendero genético no estará enteramente determinado por hombres, sino que habrá cinco mujeres que serán fundamentales en la urdimbre de la historia del Salvador.
Cuatro de ellas son decididamente sospechosas:

Raab, una prostituta de Jericó, que auxilia al pueblo de Israel para que éste
pueda ingresar a la tierra prometida luego de cuarenta años de desierto.

Ruth, la moabita pobre que se hace parte de Israel por amor.

Tamar, la cananea viuda que hace -de modo cuestionable- que el patriarca Judá tenga descendencia.

Betsabé la hitita, de la cual mediante un homicidio y violencias se asegura un hijo, nada menos el grande y sabio Salomón.

Y llegamos a la Madre de Jesús, María, quinta en esta lista de mujeres. Ella, adolescente ignota con un embarazo que hace tener dudas hasta a su propio esposo, de la cual nacerá Jesús, Dios con nosotros.

No hay historia más bella para esta Navidad: Dios teje la Salvación en la misma historia humana, con infinita ternura y paciencia, aún cuando ciertos pasos suyos llamen la atención y sean cuestionables para almas incapaces de ver la generosidad.
Porque todos -buenos y malos, justos y pecadores, las luces y las sombras- es ajeno a la historia de la Vida que se nos está por nacer.

Así también es nuestra existencia: se trata quizás de cómo el Espíritu -puro Amor en la urdimbre- vá haciendo un tejido pleno aún desde nuestros recodos oscuros, también con aquellos antecedentes que quizás preferíamos olvidar.

Dios se teje en la historia a través de sus hijas e hijos)

Paz y Bien

3 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Con JESÚ todo se pone en su sitio y cobra sentido. Con JESÚS los Patriarcas dan testimonio de su fe y en ÉL encuentran su esperanza y su destino.

Cada momento, cada vivencia, cada nacimiento, cada persona cumple un paso peregrino en el camino hacia ÉL.

Todo ha sido pensado para converger en ÉL y por ÉL, y ÉL le da sentido a todo con su Muerte y Resurrección. ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Hermano, si en verdad descubriéramos a cada instante todas las señales y tuviéramos la fé de un grano de mostaza, transformaríamos la faz de la tierra. Gracias por tus cálidas palabras.
Un abrazo en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

Anónimo dijo...

hola soy nueva por aqui y quisiera decierlees
que como podria hacer el arbol genealogico de jesus
en (mateo1,1-8)

Publicar un comentario

ir arriba