Del pasado que ata

Para el día de hoy (30/06/11):
Evangelio según San Mateo 9, 1-8

(La escena no puede ser más decisiva: contra ese hombre postrado, paralizado, que no puede moverse se contrapone ese Jesús que siempre está en movimiento, saliendo a la búsqueda y encuentro del hombre.

En la mentalidad de aquella época, las enfermedades eran consideradas consecuencia directa del pecado, es decir, como sendos castigos por pretéritos pecados; lamentablemente, con distintas denominaciones esa concepción de algún modo perdura hasta nuestros días, la de un Dios punitivo y castigador.

Jesús viene a barrer con esa crueldad, y dá un paso más allá que apunta al hombre en su integridad; ya no se tata de una persona escindida, fragmentada en lo físico por un lado, en lo religioso por el otro, en lo psicológico en tercer extremo.

Su palabra -¡Ánimo!- nos libera y enciende los fuegos de nuestras almas.

El hombre que estaba postrado se pone de pié, deja atrás una historia de sufrimientos y olvidos, es un hombre nuevo, liberado, presente renovado que es promesa de futuro en plenitud.

Es claro que no está solo: la fé define y produce milagros, urdimbre de Dios y el hombre en la historia.
Otra de las claves para nuestras existencias está dada por aquellos compañeros del caído que portan en camilla al que está paralizado: su fé es la que levanta al caído, y es signo para nuestra misión, una comunidad capaz de ponerse al hombro al que no puede andar para que reconstruya su historia y no quede atenazado al pasado)

Paz y Bien

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