La vida tridimensional

Para el día de hoy (15/06/11):
Evangelio según San Mateo 6, 1-6.16-18

(El título puede resultar equívoco si nos remitimos a cuestiones técnicas o físicas.
La pretensión primordial es, desde la Palabra, buscar el renuevo de los vínculos que marcan toda nuestra existencia: con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos.
Esta interrelación no refiere a aspectos deshilvanados ni a compartimentos estancos, escindidos entre sí: hay una reciprocidad necesaria y trascendente en estas tres dimensiones de la vida.

Jesús toma las principales prácticas de piedad de su tiempo -limosna, ayuno y oración- para que la vida comunitaria se reconstruya no desde una necesidad constante de búsqueda de legitimación y exterioridad, sino más bien buscando que esas prácticas religiosas exteriores se transformen en sucesos fundantes, es decir, que verdaderamente re-liguen, re-unan a tantas almas dispersas en sus egoísmos militantes y desde las míseras moneditas de la fama y el reconocimiento.

Una limosna que en la sintonía del Reino no se declama, sino que se hace efectiva buscando desde la solidaridad el compartir los bienes para que nadie pase necesidad.

Una oración que no es repetición a ultranza de fórmulas preconcebidas, sino más bien que es el alimento decisivo de toda vida, vidas orantes en diálogo permanente con un Dios que se desvive por todas sus hijas e hijos.

Un ayuno que refiere al dominio de las pasiones y que esta obra maravillosa que es el cuerpo humano se subordine y cultive desde la interioridad, atreviéndonos a dar otro paso: la ofrenda silenciosa de pasar hambre para que no haya más hambreados.

Desde el impulso y el fuego que no se apaga de Pentecostés, se torna imprescindible rehacernos y reconstruirnos, y son tres las perspectivas intrínsecamente unidas entre sí, que nos constituyen y nos dan identidad)

Paz y Bien

2 comentarios:

Nicodemus dijo...

¡Cuánta razón! Sólo el Espíritu y el amor nos ayudan a tener una visión tridimensional, que nos hace ver las cosas y las personas como las ve Dios. Saludos.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Bienvenido, Nicodemus, y gracias por tus valiosas palabras. Cambiar la mirada es verdaderamente tarea pendiente e imprescindible para dejar atrás tantas cegueras voluntarias.
Un saludo fraterno
Paz y Bien
Ricardo

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