Tiempo de ovejas


Para el día de hoy (22/04/13):  
Evangelio según San Juan 10, 1-10

(Jesús de Nazareth, a diferencia de tantos pastores a sueldo -mercenarios de corazón- y que hacen todo por interés manifiesto u oculto, es el Buen Pastor que dá la vida por sus ovejas, de manera incondicional.

Cuando meditamos acerca del Buen Pastor, solemos dejar en un segundo plano a las ovejas. Si por un momento realzamos en su verdadero valor al rebaño, podremos encontrarnos con verdades insospechadas.

Desde la mirada de Jesús, Cristo de Dios, el Buen Pastor, decir ovejas no implica decir borregos sumisos, doblegados en corrales donde todos se amontonan -todos son iguales, masivamente iguales- y así tornan en materia de poder o trueque.

Él es el Buen Pastor porque las conoce a todas -una a una-, sabe que cada oveja tiene un nombre, una personalidad, una identidad única e intransferible, ovejas que son conocidas y re-conocidas porque, ante todo, son amadas.

La enseñanza de Jesús de Nazareth es extrañamente secular. En ningún momento habla de Dios ni de normas religiosas. En el centro está la humanidad en tanto su potencialidad de ovejas, y refrenda así el carácter sagrado de la existencia humana.

El redil es muy distinto a un corral en donde a los animales se los encierra, ya para venderlos, ya para que no escapen. El redil es recinto amplio de encuentro y de reconocimiento de cada subjetividad, la que se realza en la vida en común. 

Jesús es la puerta del redil, una puerta en forma de cruz.

Quien quiera ocuparse de las ovejas ha de dejar en esta puerta todo interés mezquino, despojarse de egoísmo, de ambiciones, de cálculos de influencia y de poder. De nada sirven los látigos, los bozales, los bastones del golpe corrector. Lo que cuenta es la voz del pastor, es decir, la herramienta verdadera es la Palabra y la fidelidad a ésta.

Hay muchos ladrones y asaltantes que propician puertas distintas, tentadoras puertas de glorias y culpas, de premios y castigos, de Salvación para unos pocos. Pero sólo hay una puerta verdadera por donde se ingresa al redil de la vida plena, la vida que trasciende, la vida definitiva que nunca finaliza, la vida eterna.

-algunas ovejas puede que ingresen al redil por alguna ventana ignota. Es probable. Por allí quizás accedan aquellos pequeños por los que tiene una afectuosa debilidad la Madre del Buen Pastor, María de Nazareth-)

Paz y Bien


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