Adviento, espera atenta



Primer Domingo de Adviento

Para el día de hoy (01/12/13):  
Evangelio según San Mateo 24, 37-44



(Adviento es mucho más que un lapso cultual, de ritos específicos. Es el tiempo litúrgico -estación espiritual- signado por una espera que se se vuelve atenta, despierta y específica porque esperamos a Alguien antes que a un algo indeterminado.

Adviento es la invitación a desalojar de los corazones todos esos letargos que hemos dejado sedimentar, esas comodidades peligrosas, esos miedos que paralizan. Por eso mismo Adviento también es volver a poner la totalidad de la existencia en perspectiva de eternidad, porque tenemos la certeza de que Dios está en el horizonte.

Esa certeza es la que en verdad otorga sentido a todo, y por esa certeza los sucesos, los aconteceres y las cosas pierden un carácter rutinario y uniforme. Cada instante se vuelve único e irrepetible y más aún cuando nos convertimos en seres capaces de redescubrir a la vida como a un don.

Adviento es tiempo asombroso de maravillas y locuras, porque toda la historia humana se transforma a partir de un Niño, un Niño pequeño y pobre, un Dios eterno e infinito que asume la condición humana sin pedir nada a cambio.

Adviento es tiempo santo, kairos, una historia que se fecunda y que siempre está pronta a parir vida nueva, tiempo de Dios y tiempo del hombre en urdimbre eterna a partir del Sí confiado de una mujer enorme de tan pequeña.

La esperanza de ojos y corazones abiertos implica que nuestras vidas -todo lo que somos y hacemos- puede tener un sentido trascendente, un destino que se edifica a diario, que todo puede cambiar, que las cuevas de animales pueden devenir en hogares, que los niños y las mujeres definen la historia, y que Dios jamás renuncia a su sueño primero, una humanidad plena por la que se desvive, por la que viene a quedarse para siempre)

Paz y Bien


2 comentarios:

José Ramón dijo...

Hermosa esta entrada lSaludos

Salvador Pérez Alayón dijo...

Un feliz adviento donde familia, hogar y olor a amor entre laspersonas sea el signo de que el Niño Dios ha entrado en nuestras vidas.

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