Hacia la verdad en plenitud


Para el día de hoy (28/05/14) 

Evangelio según San Juan 16, 12-15





A pesar de haber compartido tanto con Jesús, casi todo su ministerio, conviviendo con Él por los caminos durante tres años, los discípulos no alcanzaban a comprender la real dimensión de su Maestro, la Salvación ofrecida, el rostro de Dios que en Él resplandecía.
Están en el cenáculo, la cruz está demasiado cerca y no queda casi tiempo; Jesús de Nazareth es un hombre que se sabe próximo a la muerte -una muerte horrorosa- y no quiere dejar a sus amigos librados a su suerte, con tantas dudas y tanto por aprender y aprehender en las honduras de sus corazones.

En Jesús todo es darse, expresión total de la esencia de Dios, un Dios que es comunidad, que es familia, que es movimiento y donación amorosa perpetua y eterna. Por eso, para no dejarlos solos les dejará el Paráclito, Espíritu Santo que es la vida que no se apaga.
Por el Espíritu se llega a la verdad en plenitud, los primeros discípulos y los de todos los tiempos y todas las épocas. Pues la verdad en plenitud es el conocimiento profundo de Cristo y su seguimiento, pues la verdad ya ha dejado de ser un concepto que se internaliza, una abstracción inteligida, un categorema adoptado.

La verdad, en este tiempo nuevo y asombroso, es una persona, Jesús el Cristo, hombre y Dios.

Esa esencia amorosa de Dios es el salir siempre de sí mismo y donarse incondicionalmente, a pura generosidad, y por el Espíritu del Resucitado podemos ser capaces de conocer plenamente al Redentor, su misión y la Salvación ofrecida a toda la humanidad.

El Espíritu es movimiento, viento divino que sopla en todas partes, que enciende lo que se ha apagado, que moviliza lo que se ha quedado paralizado, que despierta los corazones adormecidos.
Por el Espíritu todo puede cambiar, y esa verdad que seremos capaces de hacer nuestra, de encarnarla en el día a día nos volveremos enteramente libres, seres transformados que siguen los pasos de Aquel que encabeza la gran caravana de la vida que jamás finalizará.

Paz y Bien

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