Paz de Cristo, paz del mundo




Para el día de hoy (05/05/15):  

Evangelio según San Juan 14, 27-31a


La escena se ambienta en una cena de amigos, que es una despedida. El centro de esa celebración, Jesús de Nazareth, es un hombre que en breve morirá crucificado como el criminal más abyecto y despreciable.

Nadie como Él conoce el corazón humano: sabe que sus amigos estarán demolidos bajo una gravosa carga, mixtura de tristeza, de fracaso y de estupor. Se quebrarán sus imágenes de un Mesías glorioso y revestido de poder que se impone sobre sus enemigos, muy distante al Servidor Sufriente que ahora lava sus pies como el último, como un esclavo. Beberán la hiel de la derrota y de los sueños cercenados, y el miedo se cebará en sus almas doloridas.
Pero Él sabe también que en la memoria solemos atesorar los últimos gestos y las palabras postreras de quienes amamos y perdemos. 
Frente a su ausencia inminente, Él no busca el mal menor, un placebo para tontos que aminore sus angustias.

Él les deja en herencia el bien inconmensurable de su paz, una paz que siempre será en tiempo presente, para los apóstoles y para todos los creyentes, Shalom que es bendición infinita del amor de Dios.

En nada se parece a la paz del mundo, esa paz que algunos infieren como la falta de conflictos de cualquier categoría. Más aún, la elusión de los conflictos a toda costa a menudo esconde cierta prudencia excesivamente temerosa, color cobardía.
O la pax romana, la paz concedida a migajas por los poderosos a los pueblos sometidos. O esa paz obtenida por la fuerza de las armas, consecuencia de la finalización de la guerra.
Todas parcializaciones en donde la justicia está ausente.

La paz de Cristo es plenitud, mansedumbre valiente pues hay demasiada violencia dispersa en el aire. Es justicia, porque la justicia es fruto también del amor de Dios, en vínculo santo del Padre a los hijos y de los hijos entre sí.
Paz que es vivir como el Maestro vivía, hacerse Evangelio vivo, prójimo de los alejados, hermano de todos.

Paz y Bien

1 comentarios:

pensamiento dijo...

Solo posee paz el que solo a Dios desea. Gracias.

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