Clasificaciones




Para el día de hoy (05/02/16): 

Evangelio según San Marcos 6, 14-29





En la lectura que nos ofrece la liturgia del día, el Evangelista Marcos menciona por primera vez en los Evangelios a Herodes Antipas. En apariencia, la referencia que hace del status de Herodes es errónea, pues éste no era rey sino tetrarca de Galilea y Perea, y su poder debía necesariamente contar con el aval del emperador romano, es decir, era un vasallo de Roma. 
Pero es posible inferir que no es un error involuntario sino deliberado, una forma sutil de señalar que ese poder político ejercido de forma brutal es tan espúreo y corrupto como lo es la vida personal del propio Herodes.

Herodes está preocupado, y no vacila en reconocer su propio crimen, la muerte del Bautista. Es que la figura pública del joven rabbí nazareno crece en influencia cada vez más, y a su vez suscita interrogantes entre las personas comunes y entre quienes detentan el poder.

Algunos afirman que Jesús de Nazareth es el Bautista que ha regresado de la muerte, y de allí que ejerza poderes milagrosos. Sin embargo, cierta corriente del pensamiento religioso oficial también toma esta idea pero afirmando que ese galileo es un instrumento demoníaco, y por ello puede expulsar demonios. Esa clasificación es muy peligrosa, pues se vislumbra un juicio religioso que puede llevarse por delante su vida.

Otros creen que el Maestro es un profeta como los antiguos, esos hombres de Dios que denunciaban con voz clara y fuerte la injusticia. En cierto modo, es una clasificación positiva y loable pero que se queda allí, en el llamado a la conversión de corazones y nada más.

Otra opinión es que Jesús es el profeta Elías que ha regresado: la figura de Elías es valiosísima a los afectos y a la memoria de Israel, pues precederá en lo inmediato el regreso del Mesías, y obviamente, si Jesús es el precursor no es el Cristo, el Mesías esperado.

Finalmente, para Herodes se abre un gran interrogante. Sin dudas era un hombre torpemente supersticioso, que supone que Cristo es Juan que ha regresado para vengarse de su muerte injusta. Sin embargo, lo que se pone en entredicho es el poder omnímodo del tetrarca, que era señor de la vida y de la muerte en sus dominios.

En todas las posturas, positivas o negativas, hay una clasificación preconceptual de ese Cristo que se adecua a los intereses de cada grupo y más aún, de cada persona. Un dios dibujado como una caricatura, proyección de los propios intereses.

A nosotros, aún inmersos en tanto banquetes mortales como los de Herodes, se nos abre el desafío de descubrir el rostro de ese Cristo que nos sale al encuentro, el Cristo verdadero de nuestra Salvación, el que es amigo y a la vez nos incomoda los esquemas, porque rompe expectativas menores y amplía horizontes mezquinos al infinito del amor de Dios.

Paz y Bien

Unos lo vindican como

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