Contracorriente








Domingo 4° durante el año

Para el día de hoy (29/01/17):  

Evangelio según San Mateo 4, 25- 5, 12




El Domingo anterior contemplábamos la lectura del Evangelio en donde el Maestro convocaba a la conversión, con la urgencia del Reino cercano, el Reino de Dios entre nosotros. La conversión implica converger hacia Dios y hacia el prójimo cambiando el corazón de raíz, la navegación de esta frágil barca que somos con el horizonte y el norte puesto en el propio Dios, una transformación cordial desde la misma raíz de la existencia.

Hoy esa transformación se profundiza, y se nos invita a encarnar, a hacer historia esa conversión urgente, revelando que el sueño de Dios, su proyecto universal es la felicidad, la plenitud del hombre.
Las bienaventuranzas son el camino de santidad de los cristianos, buena noticia para todos los corazones que no se resignan, que no abdican ante el mundo, corazones que viven con humilde tenacidad el orgullo y la bendición de ser hijas e hijos de Dios.

Hemos de tener en cuenta su carácter escatológico, pues las Bienaventuranzas encuentran su pleno sentido en el Cristo de la cruz y la resurrección; no son un catálogo de actitudes morales a seguir, ni una simpática o romántica colección de máximas para regodeo de los que gustan de la declamación sin conversión, los cristianos de domingo que olvidan su misión el resto de los días, los que razonan para que nada cambie, para que todo permanezca horrorosamente igual.

Vivir las Bienaventuranzas en lo cotidiano -cristianos de tiempo completo, sin reservas- es ir contracorriente enraizados en la locura de la cruz, en los asombros de la Gracia, afirmar la amorosa parcialidad de Dios para con los pobres, edificar la paz, buscar sin desmayos la concordia desde la mansedumbre, ricos en la pobreza amable del Reino, incansables buscadores de justicia, hijos misericordiosos como el Padre que nos llama y congrega.

Paz y Bien




1 comentarios:

ven dijo...

La vida es una oportunidad, el morir a uno mismo es una ganancia, para el que espera con fe en las Bienaventuranzas. Gracias, un gran abrazo fraterno y feliz y santa semana.

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