Pan vivo, pan eterno









Para el día de hoy (04/05/17):  

Evangelio según San Juan 6, 44-51




Dios es el Totalmente Otro, y hay un abismo absoluto entre su eternidad y nuestra finitud de creaturas. Así, apenas podemos balbucear torpemente cosas acerca de Dios, acaso el mutismo propio de aquellos que no tienen nada para decir.

Nuestro Dios se ha hecho Palabra para que podamos salir de esos encierros, para poder decir y escuchar, oír y comprendernos, de la muerte a la vida. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, un amigo, un vecino, un Hijo queridísimo. 

Se ha hecho uno más entre nosotros. Niño pobre de aldea perdida. Rey caminante sin posesiones ni palacios. Médico de todas nuestras dolencias. Compañero de todos nuestros caminos. Redentor de todas nuestras prisiones. Pan en nuestra mesa, la ofrenda mayor.

 Nada se ha reservado para sí, señal perenne del amor que es entrega perpetua en favor de los demás. Sin merecerlo, nos bendice con vida eterna, con sustento de infinitud. Mucho más que una cuestión biológica, el Hijo nos comunica aquello que no podríamos obtener por nosotros mismos, pura gracia, bondad total.

Dios es Jesús y Jesús es Dios, Dios que se ofrenda como pan vivo, pan eterno, pan que vivifica, su vida misma hecha cotidianeidad.

En la Eucaristía que nos congrega, un pan ázimo purísimo se transforma, en misterio de amor, en Su cuerpo, y el vino en Su sangre.

Pan ázimo, pues es nuestra vocación volvernos levadura en la masa, vocación sagrada de hacernos pan para el hermano, Evangelio que se proclama humildemente a cada instante de la vida.

Paz y Bien

1 comentarios:

camino dijo...

Gracias, nuevamente nos vuelve a repetir que ÉL es el PAN de VIDA. La Eucaristía es escuela de caridad y de solidaridad, gracias.

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